La titular de la Dirección Nacional de Migraciones, Florencia Carignano, reiteró que la decisión de restringir la entrada diaria al país de solo 600 pasajeros tiene que ver con la preocupación sobre la variante Delta y la falta de un control efectivo en el aislamiento del viajero.
El último decreto de necesidad y urgencia firmado por Alberto Fernández provocó el alerta en las líneas aéreas, ya que endurece las restricciones para ingresar al país, ya que apenas 600 pasajeros por día pueden ingresar por la única entrada posible, Ezeiza, con el temor de la variante Delta.
"Hace tiempo que venimos advirtiendo de la recomendación de no viajar en este tiempo de pandemia porque pueden surgir situaciones como la actual, que tuvimos que restringir a 600 los pasajeros que llegan por día al país en Ezeiza", afirmó Florencia Carignano en diálogo con medios de Buenos Aires.
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En esa línea, la titular de Migraciones recordó que, "además, la gente, cuando sale, firma una declaración jurada donde acepta que puede haber una reducción de vuelos, y que se hacen cargo económica y sanitariamente de todas las consecuencias, y de las características diferentes que pueda tener su regreso al país".
"Estábamos muy preocupados porque veníamos controlando el aislamiento, y no se cumplía en alto grado en nuestro país, ya que alrededor de un 35 o 40 % no lo observaba", indicó la funcionaria.
En ese marco, puntualizó que "cuando uno ve lo que está pasando en el mundo con la variante Delta, se preocupa aún más, porque en la Argentina estamos vacunando contra reloj, yel ingreso de ese tipo de coronavirus podría retrasar todo el esfuerzo que venimos haciendo los argentinos".
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De ese modo, destacó que "las decisiones en pandemia se toman de un momento para el otro porque van apareciendo riesgos todo el tiempo", y recordó que "eso pasó cuando suspendimos el vuelo a Gran Bretaña al aparecer la variante de ese país el año último".
Insistió entonces que fue "por eso que decidimos ahora tomar cartas en el asunto y, entre las medidas que tomamos, está el cupo de 600 personas diarias".
Pero subrayó que también "se dispuso que las provincias y la ciudad de Buenos Aires se encarguen de dónde hacen el aislamiento esos pasajeros, y deben garantizar el efectivo cumplimiento de la cuarentena".
Precisó además que "es en el aislamiento donde hay que ajustar el mecanismo para que los pasajeros que ingresen cumplan efectivamente los 7 días de cuarentena, y eso es tarea de cada jurisdicción".
Finalmente, apuntó que "si un pasajero da positivo va a un hotel sanitario junto con quienes viajó, y allí quedan hasta que el Instituto Malbrán determina que tipo de variante lleva el contagio; si el pasajero da negativo debe guardar aislamiento en el lugar que marcó en su declaración jurada durante 7 días".