La Justicia imputó este miércoles a los cuatro detenidos por el doble crimen de los hermanos Franco y Kevin Álvarez, que estaban desaparecidos y este fin de semana fueron encontrados en un cauce de aguas servidas en Rodeo de la Cruz.

Dos de los sospechados por el asesinato de los hermanos son el padre e hijo, Luis y Omar Andrada, quienes declararon al momento de la detención y reconocieron que tuvieron un conflicto por una planta de marihuana.

"Mi defendido declaró sin haber sido asesorado. Lo que él me dijo difiere en demasía con lo investigado y que lo declaró sin haber contado con asistencia técnica. Esto tiene un vicio de nulidad", denunció el letrado en un móvil de Aurora Argentina.

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Y denunció: "Los indicios que tiene la doctora Andrea Lazo se basan en la declaración del hijo de él que indica que efectivamente tuvieron un problema. Hubo una presión del personal policial sobre la declaración del hijo. Cuando se terminó el trabajo en una plantación de ajo, a Andrada le faltó una planta de marihuana".

Ese pleito derivó en que los imputados fueran al domicilio de las víctimas (siempre según el relato del letrado) a arreglar el problema en "buenos términos" e incluso refirió que todo se dio bajo la presencia de la madre de los hermanos Álvarez.

Así el abogado anticipó: "Hay que llamar a declarar a la señora para que confirme este dato del 31 de mayo".

Un día antes de la desaparición de los jóvenes albañiles compartieron un día de trabajo, pero "se saludaron a lo lejos", el domingo 6 de junio.

Cómo sigue el caso

El caso que está en manos de la fiscal de Homicidios, Andrea Lazo, tiene pendientes estudios en una mochila que se encontró en la zona del hallazgo de los cuerpos y es probable que se pida una ampliación de la declaración de Andrada.

Los cuatro imputados son Luis y Omar Andrada, y Fabián Agostino y su hijo Axel. Agostino era el patrón de Andrada y de los jóvenes asesinados, a quienes conocía del barrio.

El doble crimen

Después de casi 20 días de la desaparición de los jóvenes, el  27 se encontraron dos cadáveres que correspondían a los hermanos Franco (28) y Kevin (18) Álvarez en una laguna de Rodeo del Medio. Ambos estaban desaparecidos desde el 7 de junio.

Al momento del hallazgo descubrieron que habían sido asesinados por balazos en la cabeza; previamente fueron golpeados de manera salvaje. Esto se comprobó por las lesiones que tenían en la zona abdominal y en la espalda.