De esta manera, un tema político llegó al mundo mediático y de espectáculos por este insólito pedido.
El conflicto entre las provincias de Mendoza y La Pampa por el control de las aguas del río Atuel podría alcanzar notoriedad en los medios de comunicación, debido al sorprendente pedido de un ciudadano pampeano a la reconocida presentadora y modelo Pampita para que intervenga en la controversia.
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El docente y asesor legislativo de La Pampa, Silvio Arias, ha tomado la iniciativa de redactar una carta abierta dirigida a Carolina "Pampita" Ardohain, pidiéndole que llame la atención sobre la situación de "catástrofe ambiental" que atraviesa la región oeste de La Pampa debido al corte del río Atuel.
Esta carta busca que la famosa presentadora y modelo contribuya a visibilizar el problema y genere conciencia sobre la situación que afecta los recursos hídricos y el medio ambiente en la zona en cuestión.
"Tu solo involucramiento en la temática -desde el lugar de tu profesión que vos desees hacerlo, mención mediática, campaña fotográfica, posteos en redes, etcétera-, nos ayudaría muchísimo a dar a conocer esta catástrofe a nivel nacional”, fueron solo algunas de las palabras que le dedicó a la modelo y conductora de televisión.
Estimada Comprovinciana:
Aprovecho este medio para contarte que desde hace más de 70 años La Pampa sufre los efectos de una catástrofe ambiental sin precedentes en nuestro país, un caso tratado en foros nacionales, provinciales e internacionales, despertando la solidaridad y el acompañamiento de todo el espectro académico especializado en la materia.
El corte del cauce del río Atuel por parte de Mendoza sobre nuestro territorio, ha condenado a muerte toda posibilidad de vida en el oeste provincial. Consecuencia de ello –además del despoblamiento- una amplia zona de bañados y humedales fue transformada en un auténtico desierto por obra del egoísmo humano y la desidia política. Nos robaron un río y un ecosistema completo.
Resulta inaceptable que un bien considerado fundamental para el desarrollo sustentable de las comunidades, sea apropiado unilateralmente por una provincia en detrimento de otra, sin mediar consecuencias; desoyendo década tras década los pronunciamientos jurídicos y pactos políticos al respecto, todos favorables al reclamo pampeano, sin respuesta mendocina.
Hace unos días se cumplieron tres años del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que obliga a Mendoza a soltar tres metros cúbicos y medio de agua hacia La Pampa, a través de ese cauce natural que nos hermana y al mismo tiempo nos enfrente por la mezquindad humana. El agua sigue sin llegar a La Pampa, porque Mendoza no cumple ningún fallo judicial al respecto.
Tamaña situación convierte a los ciudadanos involucrados en seres de primera y de segunda categoría. Los ciudadanos de primera acceden al agua por proximidad al origen del recurso, los de segunda sufrimos las consecuencias de la apropiación indebida de ese cauce por parte de los primeros. Esa desigualdad de acceso al agua es subsanable con voluntad humana y política.
Entre los falaces argumentos mendocinos esgrimidos para negarnos el agua, mencionan la baja del caudal en determinados momentos del año y la falta de obras de riego en nuestra provincia para recibir ese caudal y hacerlo productivo. Ambas son erróneas.
Mendoza no puede seguir regando por derrame o inundación sus campos, cuando podría optimizar su uso por aspersión o goteo, y de esa manera el agua alcanzaría para todos. Respecto a las obras reclamadas en nuestro oeste, éstas no se han ejecutado porque jamás tuvimos la certeza de que el cauce solicitado a Mendoza desde La Pampa sea continuo. Mendoza inunda o desertifica el oeste pampeano cuando quiere, según su conveniencia.
En un mundo con serios problemas ambientales, afectando gravemente todos los aspectos de la vida –flora, fauna, recursos naturales-, las políticas públicas de los Estados deberían pasar de la proclama a la acción, garantizando –en este caso- el acceso igualitario a un bien tan preciado como el agua dulce, catalogado internacionalmente como un derecho humano inalienable.
Los pampeanos y pampeanas somos menos de medio millón de habitantes, pero tenemos absolutamente claro que no descansaremos hasta ver el cauce del rio Atuel surcando nuestro territorio, sin mezquindades mediante. El agua es de todos y de todos la lucha por su acceso y cuidado.
Y acá va mi pedido, querida “Pampita”, con todo respeto y cariño. La trascendencia mediática de tu figura a nivel nacional es innegable, sos un ícono de la belleza pampeana y un orgullo para nosotros tu pertenencia a esta tierra. Tu solo involucramiento en la temática -desde el lugar de tu profesión que vos desees hacerlo, mención mediática, campaña fotográfica, posteos en redes etc.-, nos ayudaría muchísimo a dar a conocer esta catástrofe a nivel nacional. Roxana Carabajal, esa querida cantante santiagueña, ya ha manifestado su apoyo a la causa del Atuel en diversos festivales provinciales y nacionales.
Lejos de cualquier bandería política, la protección del recurso hídrico es un desafío que hoy nos involucra a todos y todas, en defensa de las generaciones venideras. Si cada uno de nosotros aportara sus dones, capacidades e influencias en defensa de causas que hacen al bienestar común, el mundo sería un lugar más justo y menos doloroso. Te invito a sumarte con nosotros a ésta lucha compartida, necesaria y permanente, porque como decimos en La Pampa: “EL RIO ATUEL TAMBIEN ES PAMPEANO”, tan pampeano como vos…