Mendoza, de de

Salud y Ciencia Recetas

Pan casero de avena y miel: nutritivo, esponjoso y perfecto para el desayuno

Es una receta fácil y reconfortante, perfecta para quienes buscan una opción saludable sin renunciar al sabor. Ideal para acompañar el desayuno, las meriendas o para disfrutar simplemente del placer de hornear en casa.


Sabado, 15 de Noviembre de 2025

El pan casero volvió para quedarse. No solo porque permite controlar los ingredientes, sino porque preparar uno propio es una experiencia reconfortante.

En esta receta, la avena aporta fibra y textura, mientras que la miel le da un toque de dulzura natural y ayuda a mantener la humedad. El resultado es un pan tierno, saludable y lleno de sabor, ideal para comenzar el día con energía.

Ingredientes (para un pan mediano)

1 taza de harina integral

1 taza de harina común (000)

1 taza de avena tradicional

1 sobre (7 g) de levadura seca

1 cucharadita de sal

2 cucharadas de miel

2 cucharadas de aceite neutro (girasol o maíz)

1 taza de agua tibia (aprox.)

Preparación paso a paso

Activar la levadura:

En un recipiente pequeño, mezclá el agua tibia, la miel y la levadura. Dejá reposar 10 minutos hasta que espume.

Preparar los secos:

En un bowl grande, combiná las harinas, la avena y la sal. Hacé un hueco en el centro.

Incorporar los líquidos:

Añadí la mezcla de levadura y el aceite. Integrá con una cuchara de madera y luego amasá hasta lograr una masa suave. Si está muy seca, agregá un chorrito más de agua.

Primer levado:

Tapá el bowl con un repasador y dejá reposar la masa durante 1 hora en un lugar cálido, hasta que duplique su volumen.

Dar forma y segundo levado:

Amasá nuevamente para desgasificar. Formá un pan y colocálo en un molde aceitado. Dejá reposar 30 minutos más.

Hornear:

Llevá al horno precalentado a 180 °C y cociná durante 35-40 minutos, hasta que esté dorado y suene hueco al golpear la base.

Enfriar:

Retirá del horno y dejá enfriar sobre una rejilla antes de cortar.

Consejos y variantes

Podés agregar semillas de girasol, lino o chía para hacerlo más nutritivo.

Si preferís un pan más dulce, sumá una cucharada extra de miel.

También podés reemplazar parte del agua por leche tibia para una miga más suave.