Hay recetas que son un verdadero símbolo de casa y la tarta de manzana y nuez es una de ellas. Esta versión es ideal para quienes disfrutan de la repostería casera y buscan algo que sea rendidor, aromático y muy fácil de hacer. La combinación de manzanas tibias, un toque de canela y nueces es espectacular, y lo mejor es que no se necesitan técnicas complicadas ni ingredientes complejos. Es una receta versátil que funciona tanto para una tarde de mates como para una ocasión especial.

La masa que no necesita palo de amasar

El punto encantador de esta tarta es que se puede preparar con harina común o con premezcla sin gluten, volviéndola accesible para todos, y lo más práctico: no necesita estirarse con palo ni demasiada prolijidad. La masa se arma con 200 g de harina, 80 g de azúcar, 70 g de manteca, 1 huevo y polvo de hornear. Una vez lista, se separa en dos partes: una para forrar la base del molde y la otra se desmenuza por arriba a modo de crumble rústico.

Para el relleno, tres manzanas se pelan, cortan y cocinan brevemente en una sartén con azúcar, jugo de medio limón y canela. Este paso es fundamental para que tomen un sabor profundo y la suavidad ideal que contrastará con la base y la superficie crujiente. Una vez que las manzanas están tiernas, se vuelcan sobre la base de la tarta, se espolvorean las nueces picadas y se cubre con los pedacitos de masa desmenuzada.

Finalmente, la tarta se lleva a horno precalentado a 190 °C durante 35 minutos, o hasta que la cubierta se vea dorada y llena de textura. Es importante dejar que se enfríe completamente antes de cortar para lograr porciones prolijas. El resultado es una tarta clásica, simple, rica y perfecta para disfrutar en cualquier momento del día.