Mendoza, de de
Mendoza, de de
Con pocos ingredientes y una técnica simple es posible lograr bizcochitos de grasa caseros livianos, crocantes y con el clásico hojaldrado que se disfruta con el mate.
Los bizcochitos de grasa caseros son un infaltable en las mesas argentinas, pero no siempre quedan con la textura ideal. Con una técnica sencilla para laminar la masa sin maquinaria especial, se puede conseguir ese hojaldrado característico que los vuelve livianos, crocantes y perfectos para acompañar el mate de la mañana o la tarde.
300 g de harina 0000
100 g de grasa vacuna o manteca
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar
120-150 ml de agua tibia
Extra: un poco de grasa/manteca para los dobleces
A diferencia de otras masas, la clave de los bizcochitos de grasa está en generar capas. Esto se logra estirando, untando grasa, doblando y dejando descansar, un proceso similar -pero más simple-que el de los pastelitos o la masa hojaldrada tradicional.
Formar la base: mezclar harina, sal y azúcar en un bowl.
Integrar la grasa: sumar la grasa a temperatura ambiente y desarmarla con las manos hasta lograr una textura arenosa.
Agregar agua: incorporar el agua tibia de a poco hasta formar una masa firme pero manejable.
Reposo inicial: cubrir con un repasador y dejar descansar 15 minutos para que relaje el gluten.
Estirar la masa final a 1 cm de espesor.
Cortar discos o cuadraditos con un cortante o vaso.
Pinchar la superficie con un tenedor para evitar que inflen de más.
Llevar al horno fuerte (200-220 °C) durante 18-22 minutos, hasta que estén dorados en la base y ligeramente crocantes arriba.
Dejar enfriar sobre una rejilla para que mantengan la textura.
Dos consejos: si usás manteca en lugar de grasa, quedan un poco más suaves pero igual de hojaldrados. Además, el horno fuerte es clave: si está bajo, no se forman bien las capas.
Hacer bizcochitos de grasa caseros no requiere técnicas complicadas ni equipamiento especial. Con algunos dobleces estratégicos, buena temperatura de horno y un poco de práctica, es posible obtener una receta hojaldrada y liviana, ideal para quienes buscan un clásico para acompañar el mate en cualquier momento del día.
