Elegir el sillón ideal es una inversión en bienestar y diseño. No se trata solo de estética, sino de crear un espacio que invite al descanso, refleje tu estilo y se adapte al ritmo de tu vida.
Elegir el sillón ideal no es tarea menor. Es el punto de encuentro entre el diseño y la comodidad, y suele ser el protagonista del living. Ya sea un sofá modular, un sillón individual o un chester clásico, la clave está en equilibrar estética, funcionalidad y ergonomía, adaptándolo al espacio y al uso diario.
Antes de pensar en el color o el tapizado, es fundamental evaluar el espacio disponible.
Medí el largo, ancho y altura del ambiente.
Dejá un mínimo de 60 cm libres alrededor del sillón para permitir el paso.
Si el living es pequeño, optá por modelos en L o seccionales que aprovechan los rincones.
En espacios amplios, podés combinar distintos formatos (por ejemplo, un sofá principal y un sillón individual).
El secreto está en mantener una circulación fluida y proporciones equilibradas entre los muebles.
El sillón marca la identidad visual del ambiente. Por eso, debe armonizar con el resto del mobiliario.
Estilo nórdico: líneas simples, patas de madera y tonos neutros.
Industrial: estructuras metálicas y tapizados en cuero o ecocuero.
Clásico: formas redondeadas y telas con textura.
Contemporáneo: respaldo bajo, módulos y colores sobrios.
Un tip de diseñador: si el espacio es neutro, un sillón de color puede convertirse en el punto focal del ambiente.
El tapizado define tanto la estética como el mantenimiento:
Tela: cálida y versátil, ideal para hogares sin mascotas.
Chenille o lino: elegantes y suaves, aunque requieren limpieza más frecuente.
Cuero o ecocuero: resistentes y fáciles de limpiar.
Microfibra o poliéster: excelentes para uso intensivo o familias con niños.
Si tenés mascotas, preferí telas antimanchas o lavables.
Y si el sillón estará cerca de una ventana, evitá materiales que se decoloren con el sol.
Un buen sillón debe ser ergonómico y funcional. Probalo antes de comprar:
Los asientos deben permitir apoyar los pies en el suelo.
El respaldo debe acompañar la curvatura natural de la espalda.
Elegí almohadones de espuma de alta densidad o plumas sintéticas para mayor confort.
Si lo usás para leer o mirar televisión, los modelos con reclinación o apoyapiés son ideales.