La pandemia por coronavirus covid 19 ha dejado cifras impensadas en todo el mundo. Con casi 45 millones de contagiados, el final parece no estar cerca. Europa transita su segunda ola de contagios, en Estados Unidos los positivos no cesan, y Argentina no es la excepción a la regla. Tras casi 8 meses desde el primer infectado, los números parecen no poder controlarse, y los expertos aseguran que los números reales distan de los números oficiales. 

Conrado Estol, médico neurólogo, palabra consultada y respetada en medicina, puso foco en la falta de testeos como la falla principal al momento de controlar la diseminación del virus en nuestro país. 

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“Nada mejor que entender la verdad y no una versión colateral, paralela o no real. Todos tenemos que saber qué pasa y lo que pasa es algo muy especial. Hay una pandemia descontrolada porque no se ha testeado ni se testea en una escala suficiente para identificar a los contagiados y de esa forma poder aislarlos y disminuir la diseminación del virus. En un lugar donde no se testea uno está dejando la pandemia liberada a su evolución natural, como si hoy estuviéramos en 1918 cuando no se podía hacer nada porque no había PCR, no había forma de diagnosticar”, señaló Estol en Aurora 91.3.

“Cuesta mirar los ranking mundiales porque nos han sacado por no contar los testeos que hacemos, aunque sean pocos, no contarlos bien. Estamos entre los que tienen más contagios”, sostuvo. 

Teniendo en cuenta las medidas sanitarias implementadas por el gobierno, las cifras de fallecimientos están lejos de las expectativas que tenían las autoridades. Según estimó Estol, esta semana superaremos ampliamente los 30.000 fallecidos. Además, aseguró que: “Si alguno de nosotros hubiese dicho al principio que íbamos a tener 30 mil muertes nos habrían tildado de alarmistas o antipatria, pero aquí estamos. Perdimos la oportunidad de una cuarentena temprana, de aplanar la curva, porque a pesar de hacerlo llegamos a las 30 mil muertes que es un número muy alto. La pandemia en este país está descontrolada”. 

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“En España, que tiene nuestra misma población, hacen unos tres millones de test por mes. Nosotros debemos estar alrededor de los 500, 600 mil y así podemos seguir la comparación con los demás países”, añadió y se lamentó: “Nadie está respetando el aislamiento, todo el mundo sale y hace sus reuniones, incluso los chicos hacen fiestas”. 

Sobre la estrategia del Gobierno nacional, y el impacto económico de la pandemia en general, el profesional de la salud opinó que: “La cuarentena es algo que hace caer el PBI y en un país pobre como el nuestro, la caída del PBI golpea mucho más. Eventualmente, cuando al principio no teníamos para hacer testeos, hacer una cuarentena de cinco semanas como hizo Nueva Zelanda, que uno sabe que va a tener consecuencias económicas pero en esas cinco semanas uno corta el virus y después testeando lo mantiene a raya. Nosotros hicimos una cuarentena que no fue estricta, que duró dos o tres semanas, no tuvo la duración suficiente, no se preparó el testeo y se mantuvo este aislamiento parcial durante meses: conclusión, no logramos controlar la circulación del virus e hicimos caer estrepitosamente el PBI”. 

Si bien se han desarrollado investigaciones e informes acerca de la inmunidad, no han establecido el tiempo de duración porque los tiempos no permiten aún la realización de estudios pertinentes a largo plazo: “Sabemos que hay inmunidad unos meses, lo que no sabemos es cuánto dura. Mucha gente se reinfecta y debe ser más de la que se ha reportado. Casi todo el mundo genera anticuerpos, algunos desarrollan una cantidad no detectable por los laboratorios. Algunos tardan, incluso algunos hacen aumento de los anticuerpos hasta dos meses después de la enfermedad original. Pero lo que se está viendo es que no duran toda la vida”, explicó el neurólogo.

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Respecto de la aparición de la vacuna como solución para poner fin a la pandemia, aseguró que “no va a tener 100% de eficacia. Probablemente va a ser como la de la gripe, por eso los cuidados contra la infección de este virus van a tener que mantenerse en alto nivel de alerta. No es que aparece la vacuna y se acabó el problema”. 

Además, adelantó: “El lado bueno del verano es pensar que la gente está más tiempo afuera, sabemos que eso favorece el no contagio. El lado malo es que uno se relaja, la gente se junta, hay menos precaución. El verano es ya, vamos a estar igual que hoy. Si la gente se cuida, el riesgo de contagio va a ser bajo”. 

 Finalmente, manifestó que si en toda la Argentina hubiese una proporción de contagios como la que tienen Mendoza, Córdoba, Santa Fé, entre otras, tendríamos 40 mil o 50 mil infectados por día. Y cerró: “Deberíamos estar haciendo 150 mil testeos diarios”.

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