Un jubilado asesinó de 17 cuchilladas a su esposa de 85 años, la tapó con sábanas y la dejó en la habitación matrimonial de su vivienda, del barrio Las Catonas, en Moreno. Asimismo, le contó a su hijo que todo se habría tratado de un robo.

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El hecho ocurrió el pasado sábado. El resultado preliminar de la autopsia al cadáver de Ana María Acevedo específica que los "cortes" fueron realizados en distintas partes del cuerpo.

Por su parte, el fiscal Federico Soñora, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Moreno-General Rodríguez, ordenó una pericia psiquiátrica del marido de la víctima porque quiere determinar el eventual perfil psicopático del femicida, Segundo Anastasio Acevedo, para saber si puede ser citado a declaración indagatoria.

El fiscal cree ver en Acevedo el accionar de los asesinos de larga data y no que el hombre fue presa de un rapto de locura o un desilibrio emocional desatado por una discusión de momento. Considera que el relato que le hizo a su hijo sobre el episodio tiene la característica de los elaborados por los criminales con antecedentes.

Acevedo le contó a su hijo que varios asaltantes con armas de fuego y cuchillos habían ingresado a la vivienda durante la noche del viernes último y que los habían golpeado a ambos, para luego de horas de tensión matar a cuchilladas la jubilada de 85 años, en la madrugada del día siguiente.

Los agentes de la comisaría 8va. de Las Catonas acudieron al lugar tras el llamado del hijo del jubilado de 88 años, quien reportó que su madre había sido asesinada.

Los efectivos entrevistaron al denunciante, quien encontró a su madre asesinada de varios puntazos, ensangrentada, tirada en el suelo de la habitación matrimonial, y tapada con sábanas y frazadas.

El hombre se limitó a repetir la versión de su padre, aunque alerto que el jubilado de 88 años había respondido con evasivas a preguntas específicas suyas sobre el presunto ataque de ladrones.

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En tanto, los peritos que trabajaron en la vivienda no observaron a simple vista faltante de elementos de valor ni desorden en el inmueble, al tiempo que confiscaron una cuchilla que se encontraba en la mesa de luz de la habitación matrimonial.

También secuestraron el pantalón y las zapatillas que llevaba puesto el esposo de la víctima, ya que estaban manchados con sangre.