Mendoza, de de

Argentina Ministerio de Defensa

El triste destino de la flota de mar durante la Guerra de Malvinas

Solo dos embarcaciones siguen funcionando. 

Sabado, 2 de Abril de 2022

Durante la Guerra de Malvinas la flota de mar de la Armada argentina cumplió un importante papel, principalmente para el desembarco inicial de combatientes, pero los buques de aquella gesta heroica tuvieron un triste destino y sólo dos siguen funcionando.

La "Operación Rosario", el plan de desembarco para reconquistar las Islas Malvinas, se concretó en la medianoche del 2° de abril con el arribo del destructor ARA Santísima Trinidad, que lideró el asalto anfibio para obtener el dominio rápido y sin violencia de Puerto Argentino, la capital del archipiélago del Atlántico Sur.

Tras la llegada de ese buque a las costas malvinenses, casi una veintena de embarcaciones de la Armada Argentina participaron del conflicto armado y fueron considerados barcos veteranos de guerra.


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Se trata del portaaviones 25 de Mayo, los avisos Alférez Sobral, Gurruchaga y Somellera; el rompehielos Irizar; el buque transporte polar Bahía Paraíso; los destructores Bouchard, Comodoro Py, Domecq García, Hércules; Piedrabuena y Seguí; las corbetas Drummond, Granville, Guerrico; el submarino Santa Fe; y el crucero General Belgrano.

Hubo otros, como el aviso ARA Comandante General Irigoyen, los barcos pesqueros espías o los buques de la Marina Mercante, que también desarrollaron tareas durante el conflicto, pero no integraron la flota de Mar.

Pese al importante rol que cumplieron durante los 74 días en que se extendió la Guerra de Malvinas, sólo el Irizar y la Granville se encuentran en condiciones de navegar y siguen brindando sus servicios al país: el mítico rompehielos es el encargado del puente logístico entre las bases antárticas argentinas y el continente, mientras que la corbeta se dedica al patrullaje marítimo y control de pesca en las aguas del Mar Argentino.


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Según detalló el Ministerio de Defensa a un pedido de acceso a la información pública realizado por la agencia NA, de los 16 buques restantes seis pasaron a ser "unidades radiadas" (los avisos Alférez Sobral, Gurruchaga y Somellera; las corbetas Drummond y Guerrico; y el destructor Santísima Trinidad); cuatro fueron utilizadas como blancos durante ejercicios militares (los destructores Bouchard, Comodoro Py, Domecq García y Piedrabuena); dos fueron desguazados (el portaaviones 25 de Mayo y el destructor Seguí); dos fueron hundidos durante la Guerra de Malvinas (el crucero General Belgrano y el submarino Santa Fe); uno naufragó en enero de 1989 al chocar contra una roca en la Antártida (el buque transporte polar Bahía Paraíso); y uno entró en "receso temporario" (el destructor Hércules).