“No permita que nadie que no sea usted maneje esta causa ni que genere presiones externas a través de medios para amedrentar testigos”, le pidió Gastón Marano, defensor del jefe de “los copitos”, Gabriel Carrizo, a la jueza María Eugenia Capuchetti.
La defensa de uno de los detenidos por el intento de magnicidio de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, denunció intromisiones en la investigación que impiden producir prueba para demostrar la inocencia del imputado.
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“No permita que nadie que no sea usted maneje esta causa ni que genere presiones externas a través de medios para amedrentar testigos”, le pidió Gastón Marano, defensor del jefe de “los copitos”, Gabriel Carrizo, a la jueza María Eugenia Capuchetti.
“No permita que estos atropellos mancillen la investigación, ni que las presiones que puedan existir impidan a un sujeto a proceso a ejercer su plena defensa”, insistió.
Marano afirmó que su defendido “se encuentra en estado de plena indefensión” pues por un lado “se han recolectado pruebas en su contra, se lo ha puesto preso, se lo ha intimado de un hecho” pero, al mismo tiempo, “no se le permite defenderse”.
“La única prueba de cargo en su contra es una serie de mensajes de texto”, que Carrizo pretende desvirtuar a partir de la declaración testimonial de allegados, que fueron desoídas o directamente desestimadas por la jueza y el fiscal Carlos Rívolo, señala la presentación.
La situación estalló después de que la jueza suspendiera la declaración testimonial de Joana Daniela Colman, una amiga de Carrizo que –según su defensa- puede acreditar que los mensajes de WhatsApp incriminatorios son, en realidad, bromas entre un grupo de amigos de chat.
Colman había sido citada para declarar hoy como testigo, pero Capuchetti lo suspendió después de que la querella de la vicepresidenta pidiera que se la investigara como sospechosa de la organización del ataque en su contra.