Hay tres principales focos cercanos a Tolhuin, la ciudad que se encuentra en el centro de la provincia más austral del país.
Los incendios forestales en Tierra del Fuego ya consumieron más de 7.000 hectáreas y hay preocupación por la proximidad a varias estancias.
El incendio empezó el día miércoles. Hay imágenes satelitales que confirman que comenzó aproximadamente a las 16:30, pero los bomberos recién recibieron el aviso para hacerse presentes en la zona el viernes.
Los focos están muy cerca de Tolhuin, aproximadamente a uno o dos kilómetros se sospecha que el inicio debió ser de manera intencional. Las condiciones climáticas ayudaron, pero las temperaturas altas no se mantienen en el tiempo.
“Hablando de intencional, las posibilidades van desde prenderlo fuego a propósito o un asado mal apagado”, explicaron desde bomberos voluntarios.
Un factor clave para la propagación del fuego fue el clima, ya que hubo ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora: “A veces los cortafuegos ayudan, pero el viento hace que el fuego vaya por arriba o por abajo, es decir a través de las raíces de los árboles”.
Pese a que aparentemente el primer foco comenzó en una estancia llamada La Carmen, Almaraz contó que “el fuego fue hacia el lado opuesto, arrasó con la Estancia Los Cerros y estuvo muy cerca de varios lugares”.
Con respecto a la situación actual, revelaron que “ahora está lloviendo en Río Grande (a 100 kilómetros de Tolhuin), pero generalmente tienen climas similares. Ojalá que la lluvia pueda apaciguar un poco todo”. Y siguió: “Ahora hay una fase de calma, pero no está 100% controlado”.
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Pese a la magnitud de los incendios, no hubo que lamentar heridos entre los bomberos y las personas que fueron a ayudar, aunque “tuvimos una situación de riesgo donde varios bomberos fueron atrapados y sufrieron un momento de tensión. Pero fue más que nada un susto y pudieron salir por sus propios medios”.
Por último, recordó que hubo un incendio de magnitudes similares “hace unos cinco o seis años en Bahía Torito”.
Iván Uriona vive en Río Grande, pero como tantas otras personas decidió ir a ayudar como voluntario. “Fui este último miércoles para La Rinconada, que es un barrio de una de las cercanías del Lago Yehuin. Ahí unos conocidos tienen cabañas e intenté dar una mano”, comenzó. Y agregó: “Cuando llegamos ahí buscamos al presidente de La Rinconada, donde están haciendo el cortafuego que tiene que ser de unos 20 o 25 metros”.
“Al otro día a la mañana arrancamos con dos personas para la zona donde estaba uno de los focos. Llegamos a uno de los puntos tipo 10 de la mañana y buscamos dónde estaban los focos más antiguos”, siguió, y añadió: “Había parte de la calle con árboles prendidos fuego de ambos lados. Caminamos con el bosque incendiado y escuchamos cómo caían árboles”.
La situación en la zona era muy extrema, ya que “en un momento me dijeron que me tenía que ir por la posibilidad de que el foco 1 bloqueara el lugar por el que ingresamos, pero pudimos cortar unos cinco árboles para colaborar con los cortafuegos”.
Los bomberos coincidieron en que la reacción tardía del Gobierno para tomar medidas fue un factor clave en el descontrol que hubo con respecto a los incendios.
Almaraz señaló que “ahora hay dos aviones hidrantes trabajando y helicópteros que ayudaron bastante”, pero que “la ayuda llega de manera tardía, cuando se quemaron muchas hectáreas”.
“Si esto se atacaba desde el principio, seguramente al daño no hubiese sido tanto. A veces la poca información o la poca preocupación de las autoridades hacen que estas cosas no puedan ser controladas a tiempo”, continuó.
“Colaboraron con cosas, pero los que actuaron mucho más rápido que el Gobierno fueron los privados. Ellos tardaron poco en ofrecer recursos”, criticó Uriona, quien también se lamentó porque “en el Gobierno también pusieron trabas porque en un principio no querían dejar pasar las donaciones”.