En apenas dos meses y medio, la nafta y el gasoil acumulan incrementos superiores al 11%, con correcciones graduales que aparecen directamente en las pizarras de las estaciones de servicio, sin necesidad de anuncios oficiales.
Los conductores argentinos enfrentan otra suba en el precio de los combustibles, en medio de la política de ajustes dinámicos impulsada por YPF y replicada por las demás petroleras. En apenas dos meses y medio, la nafta y el gasoil acumulan incrementos superiores al 11%, con correcciones graduales que aparecen directamente en las pizarras de las estaciones de servicio, sin necesidad de anuncios oficiales.
Desde el 1 de julio de 2025, cuando se aplicó el tercer aumento del año, el precio de la nafta súper en Buenos Aires saltó de $1.083 a $1.212 por litro, lo que representa una variación del 11,9%.
La Infinia, versión premium de YPF, pasó de $1.323 a $1.474 (+11,4%).
En el caso del gasoil, el Diesel 500 avanzó de $1.301 a $1.461 (+12,3%), mientras que el Infinia Diesel trepó de $1.506 a $1.672 (+11%).
Lo más llamativo es que estas subas se ubican muy por encima de la inflación oficial: según el Indec, el índice de precios al consumidor apenas creció un 1,9% en julio y agosto.
En Mendoza, los aumentos también se hicieron sentir. Una estación de servicio YPF en Godoy Cruz exhibía la semana pasada los siguientes precios:
Súper: $1.387
Infinia: $1.628
Diesel: $1.440
Infinia Diesel: $1.588
Hoy, esas cifras muestran un incremento promedio de entre el 5% y el 6% respecto a la semana anterior.
El encarecimiento ya impacta en las ventas. Datos de la Secretaría de Energía revelan que, en el último mes, la demanda de combustibles cayó un 1,16% frente al mismo período de 2024. Los automovilistas, golpeados por la inflación y los aumentos de tarifas, empiezan a reducir el uso del vehículo o a optar por alternativas más económicas.