La edad no es un impedimento para realizar sueños, o más bien, continuar con aquellos deseos que nos motivan en la vida, y la familia Fernández conoce bien del tema. Juan José, mejor conocido como "Pipío" tiene 75 años y cuenta con cifras extraordinarias: tiene cinco récords sin superar en diferentes categorías dentro del atletismo y va por más. 

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Además, obtuvo su tercera mejor marca en el salto triple de la categoría máster +75, en el último Nacional de Atletismo, celebrado en San Rafael. 

"Es algo que se fue dando de a poco y es muy satisfactorio", expresó Pipío con euforia, en conversación con Aurora 91.3, donde destacó su nueva marca en salto triple: "Logré el récord argentino con una marca que no esperaba, y con eso completé cinco récords seguidos".

Pipío batió, en el certamen, tres veces la mejor marca registrada. Los 7,43m fue superado considerablemente con los 7.92, 8.10 y 8.45, con viento de 0,5 m/s. Y todas homologadas por la CADA (Confederación Argentina de Atletismo).

Sin esperarlo siquiera, Fernández se volvió una eminencia dentro del deporte y dejó marcas que, aún hoy, no han sido superadas por nadie en las categorías +55, +60, +65, +70 y +75. "Cada cinco años vamos cambiando de categoría, y el récord que hice hace 20 años nadie lo ha batido, y lo mismo ha pasado en otras categorías", explicó. 

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Sus inicios

Padre de Gabriel "Pipío" Fernández, que corre en Motocross, comenzó su vida deportiva en el fútbol, como mucho de los deportistas. Sin embargo, lo que parecía un mal momento lo llevó a enamorarse de la actividad atlética. 

"Mi primer deporte fue el futbol. Fui jugador de Murialdo y estuve dos años a préstamo en la provincia de La Pampa, y algo de platita ganaba para pagarme la pensión para estudiar, eso fue en el año 1966 y 1967. Tuve la suerte de salir campeón provincial en el 66" y subcampeón en el 67" con Deportivo Uriburu", recordó el atleta. 

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En tanto, su regreso a Mendoza, y su continuidad en el Club Murialdo se frustró por la necesidad de salir a trabajar para llevar el pan a la mesa, lo que lo llevó a practicar fútbol de manera recreativa en la Federación Mendocina de Fútbol Amateur.

Pero un mal cruce en un partido lo llevó a una lesión por la cual debió pasar por el bisturí, el inicio de un giro inesperado: "En un partido me quebraron, me operaron, me pusieron un tornillo y para afirmar las piernas me aconsejaron que saliera a trotar suave, y en esos trotes conocí gente del atletismo y me encantó el ambiente, me impresionó gratamente. Entonces me empecé a meter en ese mundo". 

Clasificación inmediata y gloria eterna 

Casi sin proponérselo, Pipío comenzó a hacer presencia en las pistas, como si hubiera nacido para ello. Récords y victorias comenzaron a llegar a su nueva vida atlética pero, de forma prematura, le llegó su primera gran oportunidad mundial. 

"Me fui metiendo en las competencias nacionales y sudamericanas. El primer año, en 1987, salí campeón argentino en 100 y 200 metros y subcampeón en 400 y eso me dio la clasificación al Mundial de Australia sin saber mucho del deporte", amplió.  

Hoy, a sus 75 años, se ocupa de llevar su vida deportiva lo mejor posible, buscando el apoyo de quienes pueden y quieren acompañarlo, pero no dejándose doblegar por las adversidades. 

"Participo del Círculo de Atletas Veteranos de Mendoza. Debemos ser unos 50 o 55 atletas, y creo que yo soy el de mayor edad. Por ahí he conseguido alguna ayuda por parte de los municipios o asociaciones, pero es mínima", sostuvo. 

Los próximos pasos de una carrera que no conoce la palabra "retiro"

"La próxima importante es acá en Mendoza", destacó Pipío, que estará presente en el torneo especial de Pruebas Combinadas, donde deberán obligan a hacer tres pruebas a elección y suma por puntaje según las marcas que se hagan. "En mi caso voy a participar en el triatlón de salto, que es salto en largo, salto triple y salto en alto", dijo. 

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Además, a fines de septiembre está el Campeonato Argentino de Pista y Campo en San Luis y en noviembre el Suramericano en Bogotá, Colombia, eso, sin contar que aún hay una cita mundialista en la agenda. 

"En los dos últimos mundiales mi esposa me acompañó, que fue en 2015 en Francia y 2018 en España. No fuimos al mundial de Finlandia por miedo a la guerra, pero si Dios quiere iremos al próximo que es en Polonia", culminó.