Un año pasó desde que el camino de Messi y el Barcelona se separaron para que el astro argentino continuara su carrera en el Psg de Francia. Ni el club ni el jugador parece haber obtenido un nivel óptimo en este tiempo, aunque al Barça le ha costado más.

Era la noticia que nadie quería leer ni comentar. Messi no podía seguir en el vestuario culé porque económicamente su continuidad no era viable. Un año después, la grada catalana sigue lamentando su marcha, pero ahora no descarta y mantiene la ilusión en su regreso y en una despedida por todo lo alto.

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El 5 agosto de 2021 estaba previsto un comunicado con la renovación del argentino, por el contrario, Messi no seguiría. Después de muchas semanas de conversaciones entre las dos partes y cuando todo parecía indicar que la unión se mantenía, el club le trasladó al jugador que no podía renovarlo.

Tres días después, en una rueda de prensa de despedida, Messi decía: "Es el momento más difícil de mi carrera deportiva. Cuando me lo dijeron me bloqueé. Ha sido como un balde de agua fría. He tenido momentos duros y difíciles, pero en este siento mucha tristeza, no me lo esperaba".

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El Barça no pudo, por motivos estrictamente económicos, mantener al atacante en el vestuario: su continuidad no era viable porque sobrepasaba el fair play financiero. La Liga no lo permitió porque los números no cuadraban.

Hoy, un año después, los caminos sigue separados, pero la chance de que el "10" de la Selección Argentina vuelva sigue a la expectativa para que pueda tener su merecida despedida.

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