La Lepra jugó mal y perdió merecidamente de local. El Calamar se llevó el triunfo por 2-0 con goles de Pellegrino y Martínez.
Por Tato Moreno**
En el estadio Bautista Gargantini, por la décima segunda fecha, Independiente Rivadavia jugó mal y cayó frente a Platense. Es el cuarto partido sin ganar, con tres derrotas y una empate.
Quizás de los peores primeros tiempos de Independiente Rivadavia desde el párate por Copa América. Apagado. Sin luces. Hasta por momentos sin actitud.
La paciencia del hincha es muy corta, y parece agotada. Los insultos de los plateistas llovieron sobre Cicotello y sobre jugadores que tuvieron un muy bajo rendimiento.
Tanto fue, y quedó demostrado cuando el DT Azul tuvo que cambiar el esquema a los 34’ del PT, sacó un central e ingresó un volante (Ríos por Villalba) y después de mucho tiempo rompió la línea de cinco defensores.
Y si piensan que algó cambió a lo largo de la segunda mitad, se equivocan. Las ideas de juego volvieron escasear. Por inercia del juego, Independiente Rivadavia se plantó en campo rival aunque no consiguió profundidad.
Llegó el momento de encender bengalas y largar fuegos artificiales. Una fiesta. Partido detenido. ¿Cuál fue la respuesta al incentivo de la gente? El segundo gol de Platense. Partido liquidado.
Cicotello “no estaba de ánimos” y no fue a la conferencia post partido. Vila puso la cara junto con Ostchega. El nombre del DT tambalea en la cuerda floja. Muchos pensaba que se iba hoy, pero no fue así.
Durísima derrota de Independiente Rivadavia que tendrá que ir a jugar a Liniers frente a uno de los mejores equipos del torneo y del momento: Vélez Sarsfield.