Fernando Gago protagonizó el ciclo más corto desde que el ídolo asumió como dirigente. Solo tres entrenadores lograron títulos en este período y el porcentaje de efectividad tampoco favorece al último DT saliente.
Fernando Gago dejó de ser el entrenador de Boca. La decisión se confirmó el pasado martes por la mañana a través de Mauricio Serna, quien comunicó oficialmente que el ciclo había llegado a su fin luego de la derrota ante River en el Superclásico. Desde entonces, el plantel está al mando de Mariano Herrón, quien asumió de manera interina.
La salida de Gago no sorprende. Desde la eliminación en los playoffs de la Copa Libertadores ante Alianza Lima, el DT había quedado en la cuerda floja. Su gestión tuvo algunos puntos altos, como haber dejado al equipo en lo más alto de la Zona A del Torneo Apertura 2025 y haberlo clasificado a los octavos de final de la Copa Argentina. Pero no fue suficiente para sostener el cargo.
El exfutbolista Xeneize solo dirigió 22 partidos, convirtiéndose en el entrenador con menos encuentros al frente del plantel desde que Juan Román Riquelme asumió como dirigente en 2019. Su salida marca el cierre del sexto ciclo formal en la era Román, sin contar los interinatos de Herrón, que también suman presencia constante ante cada salida.
De los seis técnicos, solo Miguel Ángel Russo, Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra lograron títulos (dos cada uno). Jorge Almirón, Diego Martínez y Fernando Gago, por su parte, no lograron consagrarse, aunque el primero de ellos al menos disputó una final de Copa Libertadores. Gago, en cambio, no superó ni la instancia preliminar.
En cuanto al rendimiento estadístico, el porcentaje de efectividad tampoco deja bien parado al exentrenador de Racing y Vélez. Sumó 11 victorias, 6 empates y 5 derrotas, lo que arroja un 59% de efectividad. Esa cifra lo deja por detrás de Ibarra (62%) y Battaglia (61%), y por encima de Russo (58%), Martínez (55%) y Almirón (50%).
Además, Gago se despide sin haber ganado un Superclásico y con un equipo que no logró el objetivo principal: clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Apenas podrá esgrimir el consuelo de haber sido puntero en el torneo local, aunque eso no bastó para sostenerlo en el cargo.
En medio de un escenario político que tiene a Riquelme como presidente desde diciembre de 2023 y con el foco puesto en recuperar protagonismo internacional, Boca vuelve a quedar a la deriva a mitad de camino. El próximo entrenador tendrá el desafío de torcer una racha que ya empieza a hacerse demasiado larga.