Debido a las exigencias de la CONMEBOL, la Lepra disputará el máximo certamen continental en el estadio mayor de Mendoza.
Por estas horas, es un hecho que Independiente Rivadavia no jugará la Copa Libertadores 2026 en el Bautista Gargantini, y que tomará la determinación de mudarse al Estadio Malvinas Argentinas. Este hecho podría repetirse en la segunda parte del año, cuando la Catedral Azul ingrese en remodelaciones.
Se viene un año atípico y muy exigente para la Lepra, que tendrá el privilegio de disputar por primera vez en su historia el máximo certamen del continente. En ese aspecto, la dirigencia entiende que es necesario tomar medidas extraordinarias para poder cumplir con los requisitos que le exigen.
Por ese motivo, los popes Azules tomaron la decisión de mudar la localía al Malvinas Argentinas, para satisfacer las exigencias reglamentarias de la CONMEBOL. Se trata de un recinto de mayor capacidad, y acondicionado para recibir competencias internacionales en lo que respecta a la infraestructura.
Así, la Lepra disputará el Torneo Apertura en el Bautista Gargantini y la fase de grupos de la Copa Libertadores en el Malvinas Argentinas, como solía hacer Godoy Cruz cuando aún no disponía del estadio Feliciano Gambarte.
Pero Independiente Rivadavia no se quedará quieto, y en paralelo a su primera participación en el certamen continental, iniciará las obras en los accesos a vestuarios, campo de juego y demás detalles en su cancha, para poder hacer de local allí siempre. El objetivo es modernizar su recinto, y hacer que cumpla con todos los requisitos de la CONMEBOL y AFA.
La fecha elegida para comenzar los trabajos es junio, durante el receso de la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá, y se extenderá durante lo que reste del 2026. Por tal motivo, en la segunda parte del año, Independiente Rivadavia disputará el Torneo Clausura en el estadio Malvinas Argentinas.