Tras la reunión del ministro de Economía con Kristalina Georgieva, el comunicado de la entidad avala los cambios establecidos en el último mes, pero advierte la necesidad de revisiones en "incentivos corporativos"
El ministro de Economía, Sergio Massa, recibió un significativo espaldarazo de parte de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, con quien se entrevistó en Washington para analizar los avances del acuerdo que el país rubricó con ese organismo internacional.
En la primera reunión presencial que ambos mantienen desde que Massa asumió en el cargo, a comienzos del mes pasado, el funcionario nacional y Georgieva analizaron la "frágil situación económica y social en la Argentina", en el corolario de una pretenciosa gira del titular del Palacio de Hacienda por la nación norteamericana.
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En este sentido, el jefa del FMI le informó a Massa que aún restan "detalles" por pulir para que el país reciba la aprobación de parte del organismo con sede en Washington en la revisión de metas del segundo trimestre de 2022, incluidas en el pacto firmaron ambas partes, aunque le otorgó un robusto respaldo a los avances experimentados recientemente.
En un comunicado de prensa, el Fondo sostuvo que en los próximos días elevará el "staff-level agreement" (acuerdo del directorio) tras la evaluación de los compromisos que asumió y que debe cumplir la Argentina: "Faltan detalles", dijeron a la prensa voceros del Ministerio a la salida del encuentro. En este sentido, fuentes confiables indicaron a NA antes del comienzo de la reunión en Washington que el proceso estaba avanzado en un 95 por ciento.
En el cónclave entre Massa y Georgieva, el FMI reconoció la difícil coyuntura nacional: "Intercambiamos puntos de vista sobre la frágil situación económica y social en Argentina, la cual se ve también afectada por el complejo contexto global", sostuvo la jefa del Fondo en el comunicado divulgado a la prensa.
Sin embargo, destacó los avances del país en materia macroeconómica, de igual modo que resaltó los parámetros fiscales y las políticas subyacentes para asegurar los objetivos de déficit primario existentes del 2,5% del PIB en 2022 y del 1,9% del PIB en 2023, con énfasis en una mejor orientación de los subsidios a la energía, transporte y agua, junto con una mejor priorización del gasto y manejo estricto del presupuesto.
También Georgieva subrayó la política monetaria aplicada con la suba de tasas, al tiempo que valoró la acumulación de reservas y la decisión de establecer incentivos que fomenten la inyección de divisas como fue el dólar agro.
La tarea por terminar, acotó, es la de "la agenda estructural, donde se pondrá mayor foco en revisar los incentivos fiscales corporativos y en combatir la evasión fiscal y el lavado de dinero, incluyendo esfuerzos para promover los intercambios de información y mecanismos de cooperación internacional".
Tras mantener una reunión en oficinas del Tesoro estadounidense, Massa ingresó por la tarde al edificio del FMI en Washington acompañado por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; la titular del Banco Nación, Silvina Batakis; y el jefe de INDEC, Marco Lavagna, entre otros. También se sumó a la reunión el representante de la Argentina ante el Fondo, Sergio Chodos.
Georgieva, por su parte, estuvo acompañada por la primera subdirectora gerente, Gita Gopinath, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn. A fines de julio pasado, la titular del Fondo había recibido en la capital norteamericana a Batakis cuando la economista argentina se desempeñaba al frente del Palacio de Hacienda en reemplazo de Martín Guzmán, que había renunciado días antes al cargo y fue quien suscribió el acuerdo.
Una singular expectativa había generado el primer cara a cara de Massa con Georgieva, en momentos en los que el FMI aún tiene que aprobar su revisión de metas del segundo semestre en lo que se refiere a los compromisos asumidos por la Argentina en el marco de su pacto con el organismo internacional por una deuda de unos 44.500 millones de dólares.