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De Mendoza a la eternidad

Marciano Cantero dejó el plano físico. Su música queda en el inconciente colectivo. Para siempre.

Jueves, 8 de Setiembre de 2022

No debe haber ser humano que no sueñe en grande. Estará, después, en cada uno, el ímpetu para querer convertir esos sueños en realidad. 

Seguramente Marciano Cantero soñó en grande. En las veredas de su barrio, en las tribunas de la cancha del Boli, en su escuela primaria se debe haber imaginado escenarios gigantes tocando ante multitudes. "Y tenés que dejar a la gente que amás, y a ella que te mira con tristeza y alegría".

Marciano Cantero se abrió paso a fuerza de poesía barrial "Te acordás que tiempos aquellos, que tiempos aquellos, donde todo era un buen motivo, para decir te quiero".

En tiempos donde la poesía filosófica de Cerati competía con los arabescos crípticos del Indio Solari, Los Enanitos Verdes se hacían un lugar a fuerza de letras simples, directas, llenas de asfalto, de romance urbano.


A fuerza de estribillos pegadizos y fácilmente identificables, la banda mendocina trascendió fronteras literal y metafóricamente hablando.

En un panorama difícil como es el del rock nacional de los 80, Los Enanitos Verdes se abrieron camino desde el interior. Su tarea fue doble, pero el impacto fue aún mayor. 


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Nada es casualidad. El talento sin esfuerzo es una bengala en el mar. El esplendor deslumbrante dura un poco y se extingue. Los Enanitos Verdes son un ejemplo de constancia, esfuerzo y dedicación sumados a las condiciones naturales. Un eximio guitarrista junto a un poeta urbano que desgranaron infinidad de sonidos inolvidables.

Marciano Cantero hizo un culto del perfil bajo. Nunca un escándalo, ni polémicas. Su legado es solo su música, sus letras. Esas letras que quedarán más allá de su partida. 

Cada vez que parte un ser querido, el mundo pasa a ser un lugar más oscuro, más tenebroso. Nada puede impedir esa horrible sensación de que nos vamos quedando solos. La vida sigue y el dolor se va volviendo cicatriz, cada vez más imperceptible, porque el recuerdo solo va dejando los buenos momentos en la memoria.

  • Enanitos Verdes

En este caso, Marciano Cantero deja un sinfín de estribillos que no se irán nunca. Habrá que enseñar a los más chicos las canciones que aprendimos de memoria, esas que cantamos a los gritos, abrazados a un amigo. Esas letras que no necesitan explicación.

"Pero yo aún sigo cantando, y lo voy a seguir haciendo. Una lección me dio la vida: tenes que hacer lo que el corazón diga".

Seguramente Marciano Cantero soñó en grande. Pero seguramente nunca imaginó el recuerdo que iba a dejar en el mundo. Es una verdad reiterada, eso de que nadie deja de existir hasta que el olvido se apodera de su memoria. Nacemos, vivimos y morimos. En el medio, esperamos trascender y solo el recuerdo que dejamos nos hace grandes. 

Seguramente Marciano Cantero soñó en grande. Es nuestro deber nunca olvidarlo.

"Espero que el tiempo ahora no borre, a esta gente que tanto amo. Porque sin ustedes no valgo nada. Su alma es mi alimento..."