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Un mendocino se metió al show de Coldplay sin dinero y logró conocer a Chris Martin

En varios días de aventuras, Marcos Dell’Agnola burló la seguridad del estado y disfrutó de Wos y Coldplay.

Miercoles, 9 de Noviembre de 2022

El mendocino Marcos Dell’Agnola (31) logró conocer en persona a Chris Martin, pero no de una manera tradicional. 

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Sin entrada, sin alojamiento y sin soltar el mismo bolso con el que había salido de Mendoza la mañana del 28 de octubre, Marcos disfrutó de los shows del rapero Wos y de Coldplay, en los estadios de Argentinos Juniors y de River Plate en Buenos Aires.

Logró eludir controles, sortear barreras y burlar el imponente operativo de seguridad de dos multitudinarios recitales que transcurrieron en Buenos Aires durante las noches del viernes 28 y del sábado 29 de octubre, consigna el portal Los Andes.   

"No había conseguido entradas para ninguno de los dos shows, pero quería ir a verlos como fuera, por lo que preparé el bolso y salí con la idea de comprarle a gente que estuviera en la puerta. Jamás me imaginé que, siguiendo las indicaciones de la misma gente que estaba en la seguridad y que me decían a dónde tenía que moverme, iba a poder entrar a los dos shows sin pagar”, contó Marcos.

Marcos Dell’Agnola no solo vio desde el campo los shows de Coldplay y de Wos sino que, por una extraña coincidencia de casualidades, llegó a estar cara a cara con Chris Martin (vocalista de Coldplay), intercambió algunas palabras con él, se tomó una fotografía y hasta se animó a entregarle un pendrive con una canción que él mismo ha compuesto.

“El jueves 27 de octubre a la mañana ya estaba casi resignado a no poder verlos. Pero en ese momento me llama un amigo de mi viejo y me cuenta que su cuñado viajaba a Buenos Aires en auto el día siguiente. Decidí armar el bolsito y mandarme, con la idea de buscar entradas en el lugar. Y en el peor de los casos, si no conseguía, lo peor que podía pasarme era aprovechar el fin de semana para caminar y recorrer Buenos Aires”, describe Marcos sobre el comienzo de su inesperada aventura.

La oferta de alojamiento no era muy variada, por lo que luego de probar suerte en distintos hostels y alojamientos (sin éxito), Marcos decidió ir como estaba –con el equipaje en mano y con lo puesto- al estadio.

En tanto, sin entrada y con el bolso en la mano, llegó hasta la ubicación de un guardia de seguridad del operativo. Y, sin segundas intenciones, Marcos le preguntó simplemente dónde podía cambiarse la ropa. El encargado de seguridad le señaló un espacio, lo dejó pasar y –en el momento en que se disponía a cambiarse- cayó en la cuenta de que estaba frente a otra entrada. Allí había otro guardia, y bastó que cruzaran miradas, el agente lo viera con el bolso en la mano y le señalara que ingresara al siguiente sector para “cambiarse más tranquilo”.

“Cuando caigo en la cuenta, ya estaba adentro del estadio. Me dije a mí mismo que era una señal divina y seguí caminando, con mi bolso, hasta ver a dónde podía llegar sin que nadie me dijera nada. Así fue como el 28 a la noche pude ver el show de Wos en la cancha de Argentinos y sin tener entrada”, concluye sobre la primera parte de la inesperada aventura.

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Pasado el frenesí y la adrenalina de haber visto a “Wosito” desde el campo de juego, regresaron las preocupaciones para Marcos: debía buscar un lugar para pasar la noche, la búsqueda de alojamiento no había dado resultados favorables y –aunque cambiado- seguía con el bolso y todas sus pertenencias a cuestas.

“Ya era la madrugada del 29 de octubre (viernes) y me acomodé a dormir en una estación de servicio, así como quien está esperando en un aeropuerto, pero afuera y en medio de las bombas de combustible. Me eché en un recoveco en la parte de boxes que estaba medio abandonado, me tiré en una tabla y me dormí hasta las 7 de la mañana, cuando uno de los chicos de la estación me dijo que tenía que irme porque iba a llegar el encargado. Esa mañana seguí de hostel en hostel, pero sin conseguir nada”, prosigue Marcos Dell’Agnola.

Luego de la búsqueda fallida de esa mañana y de recorrer el Cementerio de la Chacarita, Marcos se encontró con otros dos mendocinos en la Ciudad de Buenos Aires y compartieron un Uber hasta el Monumental, donde esa noche estaba prevista una de las tantas funciones que Coldplay brindaría en suelo argentino. El objetivo, al igual que la noche anterior en La Paternal y con Wos, era conseguir algún boleto en la reventa.

“Yo estaba en un grupo de Facebook para ver si podía comprar entradas a Coldplay y también me metía en la página, pero no había nada. Además, seguía con mi bolsito en la mano. Cuando llego a Núñez, era más fuerte el control y tampoco conseguí reventa. Seguí caminando hasta que llegué a una de las puertas del estadio de River y se dividía en dos partes: una entrada para gente con credenciales y otra para gente que iba a estacionar sus autos. En el lugar casi no había baños, por lo que le pregunté a un guardia de la playa si podía pasar al baño. Sorpresivamente, me dijo que sí. Pasé y me quedé curioseando cerca del Museo de River Plate hasta que empecé a caminar y un guardia me dijo que no podía estar en el lugar. Pero me indicó que fuera a otro. Cuando me di cuenta, ya estaba en el círculo más íntimo del estadio, con toda gente VIP y me indicó que pase a un baño del lugar”, agrega el mendocino.

Avanzando sin intentar levantar ninguna sospecha –y sin llevar la pulsera que se entregaba a los asistentes, la misma que debían devolver al final del show-, Marcos Dell’Agnola siguió caminando por uno de los pasillos. Sin haber salteado de forma intencional ninguno de los accesos, de repente el joven estaba a metros de la entrada al campo. “Seguía sin alojamiento todavía, siempre con el bolsito con el que había salido de Mendoza en la mano y ‘viviendo la vida’, como la canción de Coldplay justamente”, describe mientras ríe.

Al igual que con el recital de Wos, Marcos disfrutó en plenitud y desde el campo de juego del show de Coldplay. Cuando el espectáculo culminó, el mendocino se quedó un buen rato en el campo de juego (ya era la madrugada del domingo 30 de octubre) y, mientras se iba vaciando el lugar, el comunicador mendocino entabló una conversación con dos de los encargados de la parte técnica del show y que estaban en el lugar (eran de Países Bajos y de Alemania).

“Quedé en un lugar donde no podía estar cualquiera, pero como me vieron hablando con la gente de técnica, nadie me dijo nada de irme. Cuando corrieron las vallas, de caradura me mandé con la idea de seguir hasta que me pararan, pero nadie lo hizo. Pasé por un primer control en el que nadie vio que no tenía precinto, lo mismo con un segundo control y quedé al lado de la zona del backstage. Me senté sobre una caja de sonido y de repente escucho todo un operativo de gente diciendo que nos corramos, que no saquemos los celulares. Y en ese momento veo que sale Chris Martin, muy discreto, con un gorrito y un buzo. Lo más loco es que me miró y me saludó a lo lejos, ¡como si fuera un vecino!”, continúa con su sorprendente relato Marcos.

Viendo la inmejorable oportunidad, Dell’Agnola se paró y le preguntó al cantante de Coldplay si podía molestarlo “un minutito”. En ese momento, una guardia de seguridad intentó interponerse entre ambos al grito de “¡no lo toques!” –dirigido a Marcos-, pero fue el propio Chris Martin (y de acuerdo al relato del mendocino) quien le pidió a la encargada de seguridad que le permita intercambiar unas palabras.

“Le dije que me había hecho emocionar, ¡casi ni me salían las palabras! Yo llevaba conmigo un pendrive con una canción que grabé hace un poquito y se a dejé a él. No sé si la irá a escuchar, si irá a tirar el pendrive o a formatearlo y usarlo para otra cosa. Pero por las dudas voy a estar alerta a ver si algún día me llega un mail de él”, cuenta entre risas.

Antes de seguir su camino, Marcos le pidió a Chris Martin que se tomara una foto con él, a lo que el cantante de Coldplay accedió con una sonrisa. Y luego de capturar la instantánea y después de horas dentro del estadio y de un sector VIP, recién en ese momento descubrieron que no tenía precinto. Y, en tiempo récord, invitaron al mendocino a que se retire.

Luego, el "domingo a la tarde volví a Mendoza con mi hermano, que había viajado por su cuenta a comprar un auto. Fueron apenas 3 días, pero para mí pareció una semana y muy intensa”, concluye Dell’Agnola ya de regreso en Godoy Cruz.

Por Los Andes