La noticia de su muerte conmociona a generaciones de fanáticos que lo vieron levantar el título, romper camisetas con sus propias manos y convertirse en leyenda.
El mundo del entretenimiento y el deporte está de luto: Terry Gene Bollea, más conocido como Hulk Hogan, falleció este jueves a los 71 años. Según los primeros reportes, el ícono de la lucha libre sufrió un paro cardíaco mientras se encontraba en su domicilio en Clearwater, Florida.
Durante la madrugada, los servicios de emergencia acudieron al hogar del exluchador tras recibir una alerta. Testigos indicaron que al lugar llegaron patrullas policiales y una ambulancia, en la que Hogan fue trasladado en camilla, aunque hasta el momento no se ha difundido información detallada sobre su estado previo al fallecimiento.
Hogan fue una figura insoslayable de la lucha libre a nivel mundial. Su irrupción en la WWF (hoy WWE) en los años 80 transformó la disciplina en un fenómeno global. Con su musculatura, su melena rubia y su inconfundible carisma, popularizó frases como “Say your prayers and eat your vitamins” (“reza tus oraciones y come tus vitaminas”), y se convirtió en ídolo de grandes y chicos.
Durante su extensa carrera, ganó 12 campeonatos mundiales y fue bicampeón del Royal Rumble. Su combate en WrestleMania III contra André the Giant, ante más de 93 mil personas, sigue siendo uno de los eventos más recordados de la historia del wrestling, al punto de considerarse un hito en el entretenimiento deportivo.
Su magnetismo lo llevó más allá del cuadrilátero: Hulk Hogan también incursionó en Hollywood, con apariciones en películas de acción, comedias familiares y hasta su propio reality show. Una de sus primeras participaciones en el cine fue en Rocky III, donde interpretó al feroz luchador Thunderlips, enfrentando a Sylvester Stallone en una de las escenas iniciales.
La noticia de su muerte conmociona a generaciones de fanáticos que lo vieron levantar el título, romper camisetas con sus propias manos y convertirse en leyenda. Hulk Hogan no solo fue un luchador: fue un ícono cultural, cuya imagen perdurará en la memoria colectiva como sinónimo de fuerza, espectáculo y pasión.