Los ucranianos rechazaron a los atacantes que asediaban la segunda ciudad del país. Las fuerzas de Kremlin intentan asentarse en la región de Donbás. Rusia no quiere negociar la liberación de combatientes ucranianos que resisten en la acería de Mariúpol.
Tras semanas de bombardeos, las tropas rusas se replegaron en los alrededores de la ciudad de Jarkov, la segunda urbe en importancia de Ucrania, y se concentraban en ataques contra posiciones de las fuerzas locales en la región de Donbás.
Tanto el gobierno ucraniano como analistas internacionales coincidían en que Rusia ya no era una amenaza para Jarkov y las fuerzas locales lograron replegar a las tropas del Kremlin casi a áreas fronterizas.
Se trata de un logro que pondría contra las cuerdas el objetivo ruso de expandirse por todo el este de Ucrania. El Gobierno de Volodímir Zelensky sospecha que los rusos se estaban concentrando ahora en controlar las rutas de suministro situadas en el este de Ucrania.
Su actividad ahora consiste en lanzar fuego de artillería y bombardeos aéreos contra posiciones ucranianas en la región de Donetsk para "agotar a las fuerzas locales y destruir sus fortificaciones", ya que el objetivo declarado de Moscú sigue siendo ocupar toda la región histórica del Donbás.
Según el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, su país "está entrando en una nueva y larga fase de la guerra". Coincide con esta visión Mike Martin, uno de los más reputados estudiosos de este conflicto armado.
"Durante la última semana hemos visto cómo las fuerzas rusas comienzan a culminar en el este y el sur de Ucrania", explicó el experto en una serie de tuits. "Esto es, han pasado de ir a la ofensiva a ponerse a la defensiva", sostuvo.
Martin señala dos puntos clave donde puede apreciarse este cambio de estrategia: Jarkov y Jerson, una de las primeras localidades ocupadas por los rusos pero cuyos territorios alrededor son cada vez más reducidos.
El mayor general del Ejército de Ucrania, Kyrylo Budanov, pronosticó a la cadena británica Sky News que la guerra en Ucrania podría alcanzar un "punto de inflexión" durante el mes de agosto, y acabar en derrota rusa antes de finales de año.
Budanov se reconoció "optimista", pocas semanas después que los ucranianos rechazaran a los rusos en Kiev y parecían camino a hacer lo propio en Jarkov.
Según el portal del diario español El Mundo, el mayor golpe contra las aspiraciones rusas esta semana tuvo lugar a orillas del estratégico río Siversky Donets.
Una intentona rusa de construir un pontón para penetrar en territorio ucraniano acabó con 73 tanques destruidos, según Ucrania.
Ese río puede convertirse en una nueva frontera natural para los territorios ocupados por Rusia, posibilidad que Ucrania procuraba evitar.
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Por otra parte, el Gobierno ruso se niega a negociar una hipotética liberación de soldados ucranianos atrincherados en la gigantesca acería Azovstal, el último bastión local en la destruida ciudad portuaria de Mariúpol.
El jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, calificó a los combatientes nacionalistas ucranianos de "criminales de guerra". "Convertir a los criminales de guerra de Azov en objeto de negociaciones políticas es una blasfemia en relación a la historia de 1941", cuando la Alemania nazi invadió la Unión Soviética, expresó Medinski a través de Telegram.
En tanto, el asesor de la Alcadía de Mariúpol Petro Andriushchenko denunció que Rusia atacó con fósforo las instalaciones de Azovtal, foco de la última resistencia ucraniana liderada por combatientes ultranacionalistas del Batallón de Azov.
El ataque se habría producido pocas horas después de que Ucrania se proclamara vencedora del Festival de Eurovisión en la noche del sábado. "El infierno ha llegado a la Tierra. A Azovstal", escribió Andriushchenko en Telegram junto a un video con imágenes del presunto ataque sobre la acería, refleja el sitio France 24.
"Utilizaron proyectiles incendiarios 9M22S con capas de termita. La temperatura de combustión es de unos 2 o 2,5 mil grados centígrados. Es casi imposible detener la quema", añadió el asesor del regidor de Mariúpol. Las bombas de fósforo blanco son proyectiles incendiarios que arden cuando entran en contacto con el aire. El derecho internacional prohíbe el uso de ese tipo de armamentos en áreas pobladas por su alcance y devastación.
En la última semana, los expresidentes de Ucrania Leonid Kuchma, Víctor Yúschenko y Petró Poroshenko, hicieron un pedido de socorro a la comunidad internacional para que se movilizara en el rescate de los soldados ucranianos que permanecen en la acería, mientras dijeron que todavía hay un grupo de civiles.
En su misiva, los exmandatarios piden "ayudar con todos los recursos diplomáticos disponibles a las autoridades ucranianas a salvar las vidas de los civiles y militares ucranianos a los que Rusia intenta eliminar por orden de Putin, con métodos bárbaros en el recinto de la planta de Azovstal".