El papa Francisco iniciará el martes un viaje de siete días a Tailandia y Japón, por el que recorrerá más de 27.200 kilómetros para dar 18 discursos basados en el diálogo interreligioso, la paz y la crítica a las armas nucleares.
En su viaje apostólico número 32, el pontífice llegará a "dos países con comunidades católicas pequeñas, en los que el cristianismo ha superado persecuciones", describió el vocero papal Matteo Bruni al presentar el viaje a la prensa.
Según fuentes oficiales, el Papa partirá el martes 19 a las 19 de Roma (las 15 de Argentina) hacia Bangkok, adonde llegará el día siguiente, para una agenda de tres días en Tailandia, un país en el que la minoría católica representa el 0,58% de los 69 millones de habitantes, en su mayoría budistas.
En los dos países, el pontífice hablará en castellano y tendrá traductores argentinos: en Tailandia una prima segunda suya que es misionera hace 50 años, Ana Rosa Sívori, y en Japón el jesuita Renzo de Luca, a quien el pontífice envió como misionero al país oriental y es el actual provincial de la Compañía de Jesús.
En la capital tailandesa, el pontífice se encontrará con el Rey Maha Vajiralongkorn en el Palacio Real de Amphorn, y mantendrá una amplia agenda interreligiosa, que incluye reuniones con líderes cristianos, con el Patriarca Supremo de Tailandia, el líder de la orden de monjes budistas en el país, y con representantes de otras confesiones.
"Para el catolicismo, hay lazos históricos con las otras religiones en Tailandia y en Japón", planteó Bruni al resaltar al diálogo como uno de los temas del viaje.
En una visita marcada por la conmemoración del 350° aniversario de la Misión del Vaticano a Siam en 1669, el Papa también celebrará Misa en el Estadio Nacional y en la Catedral de la Asunción.
Tras Tailandia, la segunda etapa del viaje será Japón, a donde llegará el 23 por la tarde, luego de sobrevolar el espacio aéreo de China, Hong Kong y Taiwán, y Bruni confirmó que enviará telegramas a las autoridades de los tres lugares durante los 6.000 kilómetros que separan a Bangkok de Tokio.
Francisco se convirtió en el primer Papa en pasar sobre China en 2014, y esta será la primera vez desde el histórico acuerdo bilateral para la designación conjunta de obispos en septiembre de 2018.
En Japón, Bergoglio llegará a un país con menos de medio millón de católicos, según las cifras oficiales, que representan alrededor del 0,3% de la población, de un total de 127 millones de habitantes.
El eje central será la visita que el Papa hará el domingo 24 a las dos ciudades símbolo de la violencia atómica, Hiroshima y Nagasaki, donde se espera que Bergoglio pronuncie fuertes discursos por la paz y contra las armas nucleares.
En Nagasaki, el pontífice saludará a la mujer y al hijo del autor de una foto que el Papa había entregado a la prensa hace dos años para simbolizar el "horror de la guerra", que retrataba a un niño con su hermano muerto a las espaldas. En Hiroshima, saludará a víctimas de la bomba atómica, adelantó Bruni.
La visita a Japón incluirá además una reunión, el lunes 25, con personas afectadas por el "triple desastre" que sufrió el país en 2011, cuando se dieron sucesivamente un terremoto, un tsunami y el colapso en la central nuclear de Fukushima, por los que murieron 19 mil personas y otras 150 mil fueron desplazadas de manera forzosa.
En Tokio, celebrará la misa en el Domo de la capital, con capacidad para 53.000 personas, por la tarde del 25. Al día siguiente, "será un día enteramente dedicado a los jesuitas", con una visita a la Universidad Sophia y reuniones privadas con sacerdotes de la Compañía de Jesús, antes de regresar a Roma, donde aterrizará a las 17.15 locales del martes 26.