El mandatario tomó la medida luego de que al país llegara un destructor de la Armada de EE.UU. para llevar a cabo ejercicios militares, en medio del despliegue de Washington en el mar Caribe.
Maduro expresó que la cooperación con Trinidad y Tobago fue suscrita "con mucha ilusión hace años para el desarrollo de los bloques de gas compartido" y que su Gobierno la había mantenido "en una muestra bolivariana de hermandad y solidaridad" con el país insular, que, dijo, "agotó toda la reserva de gas, se quedó sin gas".
"Pero ante la amenaza de la primera ministra de convertir a Trinidad y Tobago en el portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela, contra Suramérica, queda una sola alternativa", afirmó Maduro, quien también acusó a Persad-Bissessar de ser una "propulsora de la guerra".
Horas antes, la vicepresidenta ejecutiva y titular de Hidrocarburos había informado de la decisión de proponer al mandatario "la denuncia inmediata del acuerdo marco de cooperación energética entre Trinidad y Tobago y Venezuela, que fue suscrito en el año 2015 con una vigencia de 10 años, renovado automáticamente en febrero de este año por cinco años más".
Rodríguez indicó que el convenio contempla el tratamiento de los yacimientos conjuntos de gas para el desarrollo de infraestructuras, así como la ejecución de proyectos en hidrocarburos.
Este lunes, el Ministerio de Asuntos Extranjeros de la isla caribeña ha negado que los ejercicios militares que realiza estos días la Armada estadounidense en su territorio contra el narcotráfico en el mar Caribe sean, además, para provocar hostilidades contra Venezuela.
En la misma nota, el ministerio insistió en que el verdadero propósito de la presencia militar estadounidense en su territorio es apoyar la lucha contra el crimen transnacional, acentuar la colaboración humanitaria y la cooperación de seguridad en la zona.
El domingo, el Gobierno de Maduro denunció una "provocación militar" por parte de Trinidad y Tobago "en coordinación con" la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. para "instalar una guerra en el Caribe".
Caracas asegura que el despliegue estadounidense tiene como objetivo propiciar un "cambio de régimen" en Venezuela.