La entrega del Nobel desató un efecto dominó: impulsó a la oposición, fortaleció el nacionalismo chavista y aceleró el movimiento militar y político de Estados Unidos.
La entrega del Premio Nobel a María Corina Machado, rodeada de hermetismo, versiones cruzadas y un operativo de salida casi clandestino, terminó por encender aún más la tensión en Venezuela y en toda la región.
Para el analista en política internacional Augusto Grilli Fox, el episodio no solo expuso las disputas internas del chavismo y el impulso renovado de la oposición, sino que también profundizó el juego geopolítico de Estados Unidos, que avanza con despliegues militares, presiones directas y maniobras que reconfiguran el tablero del Caribe.
¿Por qué la entrega del Nobel terminó generando tanta polémica?
AGF: Porque cuando uno lo empieza a unir ahora, es que empieza a identificar la forma en la que se ha terminado dando esta entrega que, más allá de la empatía o no de cada uno, ha sido polémica. No se terminaba de entender cómo se desarrollaba. Primero una María Corina Machado que se creía que no podía salir de Venezuela, después actores políticos que decían que ya se había retirado con venia del gobierno, y por otro lado lo desmentían. Nunca se terminó de entender el motivo inmediato por el cual no habría llegado.
¿Fue un problema operativo o político?
AGF: No se sabe si ha sido por cuestiones operativas o por el propio riesgo de exposición. Todo esto se da en un marco donde, por un lado, se habla del reconocimiento a una lucha incansable y, por otro, de una utilización política en un momento donde Estados Unidos está en un tramo final de aprietes con el gobierno de Nicolás Maduro, que básicamente está en una instancia límite, con diálogos directos con actores cercanos al gobierno de Venezuela para manejar alternativas. En Centroamérica hay ocho países brindando logística y estructura a Estados Unidos, aunque ninguno quiere ser base de ataques terrestres. Queda en un gris este argumento del narcotráfico, porque el accionar de Estados Unidos no coincide con lo que la DEA había planteado antes sobre las salidas de abastecimiento hacia el norte con las distintas variables estupefacientes.
¿Hubo ya enfrentamientos o incidentes concretos?
AGF: Sí. Hubo alrededor de veinte ataques con cerca de ochenta personas muertas. Estados Unidos despliega unos 1.500 efectivos con una estructura militar sin precedentes.
¿El Nobel impulsa a la oposición, pero también al chavismo?
AGF: Totalmente. Y ni hablar de lo que pueda representar una intervención armada, lo que genera rechazo tanto en Venezuela como en la región respecto de Estados Unidos. Brasil también lo está mirando: el propio Celso Amorim, asesor de Lula da Silva, mencionó los efectos que podría generar una intervención específica en territorio venezolano. Creo que están tratando de evitarla por los costos, pero no está descartada.
¿Estados Unidos está escalando su despliegue?
AGF: Hay que ver cómo evoluciona. Hace una semana enviaron drones de relevamiento, y hace dos días dos F-18 intervinieron en aguas cercanas a Maracaibo durante 40 minutos. Eso expone aún más la situación. Y también está lo del barco petrolero: se retuvo la carga y Estados Unidos la secuestró argumentando que era abastecimiento a Irán. Eso genera polémica y tensa aún más las relaciones.
¿Todo esto favorece políticamente a Donald Trump?
AGF: En parte sí. Pero hay que ver cómo termina el relato y qué costos tiene. Digo esto porque vimos un dato no menor: en la alcaldía de Miami, después de 30 años, los republicanos perdieron frente a los demócratas. Creo que sigue siendo un efecto dominó de un rechazo muy grande a la política migratoria de Estados Unidos.
¿Trump puede capitalizar la crisis venezolana?
AGF: Puede canalizar algo en lo inmediato, pero hay que ver cómo se ordena esto. Incluso vimos un reconocimiento creado para Trump vinculado a la FIFA. Si me preguntás, parece una antesala a la intención de generar un reconocimiento el año que viene, incluso un Nobel de la Paz. No me llamaría la atención: Obama lo recibió sin demasiados galardones previos.
¿Una reforma constitucional podría habilitar a Trump a seguir compitiendo?
AGF: Sí, y algunos actores ya se animan a plantearlo. Pero hay un efecto dominó: una reforma que habilite a Trump también habilitaría a Obama. No quiere decir que Obama vaya a ser candidato, pero podría serlo. Y eso representaría un escenario fuerte para Trump, incluso una potencial derrota.
¿Sería la "batalla final" de la política estadounidense contemporánea?
AGF: Indudablemente. Yo te soy franco: haría lo imposible en lo personal para ir a cubrirlo porque no creo que exista una épica más grande en un proceso electoral en los últimos tiempos. Pero no lo veo tan sencillo.