La medida fue solicitada por el fiscal que investiga a la oficial del CEO que no dio curso a la llamada de auxilio. Solo 250 metros separan la Comisaría n°29 de la casa donde asesinaron a la adolescente.
La investigación por el femicidio de Florencia Romano tiene dos aristas firmes, con nombre y apellido en ambas. Las pruebas que incriminan a Pablo Arancibia fueron suficientes para que el hombre de 33 años permanezca en prisión preventiva a la espera del juicio. Mientras que la operadora del CEO, Soledad Herrera, enfrenta una imputación por abandono de persona en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público en contexto de violencia de género institucional.
Por el expediente de la oficial del CEO, el fiscal de Delitos No Especializados Jorge Calle, llevó adelante la mañana de este martes la reconstrucción en la escena del hecho. Los detalles que arrojó el trabajo que se realizó son estremecedores: la comisaría que corresponde por jurisdicción está a solo 250 metros de la casa del femicida, o, llevado a tiempo real solo 4.38 minutos a pie.
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Dada la trascendencia de su relato, estuvo presente el testigo que realizó el llamado al 911 para alertar sobre una situación de "violencia de género" en la vivienda del pasaje Berra, en Gutiérrez, y que fue desestimada por la auxiliar del Centro Estratégico de Operaciones (CEO) por razones que aun resta definir.
Teniendo en cuenta los datos aportados por la reconstrucción, se estima que el destino de Florencia podría haber sido diferente si la oficial hubiese dado curso al llamado del vecino, que, según los peritos que trabajaron en el lugar, esta a solo 8 pasos de la casa donde Arancibia le arrebató la vida a la adolescente.
Fuente: El Sol.