La tasa es de 7,5 cada 1.000 nacidos vivos. El dato es el más bajo desde que se mide este indicador en la Provincia. Profesionales destacan el gran trabajo de la red perinatal en pandemia.
La ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Ana María Nadal, dio a conocer cómo se logró bajar la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI), anuncio que realizó el gobernador Rodolfo Suárez, en el discurso del 1° de mayo pasado frente a la Asamblea Legislativa. En el 2019, la tasa fue de 8.1 por mil niños nacidos vivos y el año pasado bajó a 7.5.
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En números absolutos, significa que en el 2020 se registraron 23.464 nacimientos, lo que implica 3.962 menos que en 2019. Esto tiene que ver con las políticas públicas de salud sexual y reproductiva implementadas desde el Ministerio de Salud, las que permiten que las familias planifiquen los nacimientos.
“A pesar de haber tenido un año muy complicado, como fue el 2020, el sistema de salud y los equipos de desarrollo social de este ministerio han trabajado duro y de manera muy intensa en el territorio para contar con una baja en estos indicadores vitales que tienen mucho que ver con la vida de las personas”, dijo Nadal y agregó: “La tasa de mortalidad infantil tiene una dimensión social importantísima para nuestra provincia”.
Según explicó la funcionaria, la tasa de mortalidad infantil es un indicador fundamental del estado de salud de la población. Cabe aclarar que la mortalidad en la provincia se estudia todos los años y, luego, cada tres años para buscar el análisis de la tendencia de la serie. Si se observa año a año se produjeron 47 defunciones menos que en el 2019. El 75% de las muertes infantiles ocurrieron en los primeros 27 días de vida. Las causas fueron perinatales (51%); 38% malformaciones, 3% externas y 1% infecciosas.
Al respecto, la directora de Maternidad e Infancia de la Provincia, Mónica Rinaldi, resaltó que el dato no es menor ya que se produce en plena pandemia: “Todos los equipos prenatales en cada una de las regiones sanitarias realizaron grandes esfuerzos para atender de la mejor manera los embarazos en el territorio”.
Rinaldi remarcó que las estrategias más relevantes para este logro fueron “el fortalecimiento de la regionalización, el sostenimiento de los controles prenatales a pesar de la pandemia, continuidad de los cuidados garantizando turno en atención primaria desde el alta de la maternidad (alta conjunta) tanto para el niño como para la madre.
También remarcó que los consultorios de los niños de alto riesgo continuaron funcionando y la aplicación del anticuerpo contra el virus sincitial respiratorio se colocó en los hospitales regionales, acercando la prestación a 150 pacientes. El anticuerpo Palivizumab (es un anticuerpo monoclonal producido por tecnología de ADN recombinante utilizado para la prevención de la infección del virus sincitial respiratorio en bebés de alto riesgo por prematuridad, enfermedad cardíaca congénita clínicamente significativa o displasia broncopulmonar) está dirigido a los niños nacidos con menos de 1.500 gramos o 32 semanas y los niños con cardiopatías complejas”.
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De los 23.464 nacimientos el 54% se realizó en efectores públicos y el 46% en privados. La tasa de prematurez del 6% y la tasa de extremo bajo peso al nacer es del 1,1%, este último grupo es el que más riesgo tiene de morir en el primer año de vida.
En lo que respecta a defunciones infantiles fueron 176 en 2020, es decir 47 menos que en 2019. De este modo, la tasa de mortalidad queda en 7,5 por mil nacidos vivo.
En tanto, las defunciones maternas en 2020 fueron 8 y de éstas, 3 fueron por COVID-19 quedando el índice de mortalidad materna en 3,4 por 10 mil nacidos vivos.
“Esto es un resaltado de las maternidades con condiciones seguras, desde hace muchos años trabajamos en ello y desde el 2019 salió una resolución que dice que las maternidades deben tener las condiciones CONE para que sea un lugar seguro para atender tanto a la madre como al recién nacido”, comentó Rinaldi.
De este modo, explicó que el 96% de los nacimientos en 2020 se dio en maternidades seguras, esto significa que deben tener anestesia permanente, un obstetra las 24 horas, sangre segura y posibilidad de hacer una cesárea de urgencia en cualquier momento. “Desde el Ministerio se ha regionalizado la atención y hay maternidades seguras en todo Mendoza”, remarcó.
Las funcionarias indicaron que es importante además que los niños prematuros nazcan en lugares con mayor complejidad 3B, lo que ayuda a reducir la mortalidad y usar los recursos humanos de forma eficiente. En 2020 subió el porcentaje al 80,5% de nacimientos de prematuros en maternidades 3B del sector público y se evitaron derivaciones riesgosas.
“La mortalidad postneonatal ha venido descendiendo y la mortalidad neonatal se ha mantenido estable. La curva de mortalidad infantil sigue descendiendo hace muchos años”, dijo Rinaldi durante la conferencia de prensa.
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Estos números se han conseguido debido a políticas implementadas desde el ministerio como:
- Control prenatal precoz, oportuno y adecuado.
- Detección y derivación oportuna de alto riesgo.
- Regionalización y categorización.
- Atención de todos los nacimientos en maternidades seguras (CONE).
- Atención de los niños menores de 1.500 gr. en maternidades 3B.
- Inmunización de grupos de riesgo contra VSR.
- Continuidad de cuidados desde la maternidad hasta APS (alta conjunta).
- Lactancia materna.
- Plan Provincial de Primera Infancia: capacitaciones a docentes de SEOS y agentes sanitarios.
La mortalidad materno-infantil:
2010: 11,4
2011: 9,6
2012: 9,3
2013: 9,7
2014 y en 2015: 8,5
2016: 7,7
2017: 7,5
2018: 8
2020: 7,5