Diego Gareca, titular de cultura del municipio de Godoy Cruz, y ex secretario de Cultura de la provincia, manifestó el dolor y la pérdida que representa Jorge Sosa.
No es lo mismo el otoño en Mendoza, ni tampoco Mendoza sin Jorge Sosa. El escritor falleció esta mañana en el hospital Central, luego de que se descompensara en pleno microcentro.
Hay que andar con el alma hecha un niño, y mira que lo entienden los mendocinos que hoy lloran por la pérdida de un ícono de la cultura. Uno de ellos es Diego Gareca, el ex secretario de Cultura de Mendoza, y actual titular de cultura del municipio de Godoy Cruz.
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"Son tiempos tan difíciles que no estamos preparados para recibir esta noticia. Un tipo tan importante que trabajó, que asentó cosas, que reímos. Es un día triste, porque la verdad no solamente la cultura está de luto, sino que es una ausencia difícil de reemplazar", expresó en Aurora 91.3.
Sin embargo, así como hay que comprenderle el adiós a las hojas, hay que comprender su partida, y acostarse en el suelo amarillo, a disfrutar del gran legado que dejó.
Diego, conmocionado, comentó: "Tengo a mis amigos, y entre ellos puedo contarlo al Jorge. Personas irremplazables que vinieron a nuestras vidas para hacerlas un poco mejor, y del punto de vista cultural, es una tarea maravillosa la que hacía".
Jorge es uno de esos personajes que un día salieron a poblarnos la piel de tonadas, e historias que "te podían hacer reír, como te podían hacer llorar". "Es un viejo contador de historia, de vivencias, entonces eso es lo que uno pierde cuando uno pierde un tipo imprescindible".
Es posible encontrar su nombre en la voz que murmuran los cerros, y en el pensamiento de cada persona que lo pudo disfrutar, desde los más grandes, hasta los viejos niños de los 80, donde Diego se encontró por primera vez con Jorge en la escuela Guillermo Cano, de Guaymallén. "Mientras yo era un niño, él ya andaba en la cultura".
Ese día, Jorge iba con su tocayo de apellido: el Pocho Sosa. A pesar de ser ya una figura reconocida, se daba el tiempo de visitar escuelas, volvía a las raíces, como con la tarde vuelven los gorriones.
La noche nos dice al llevarse al Jorge que siempre al recuerdo lo inicia el adiós. "Son las cosas que uno cuenta en la mesa con los amigos y seda el lugar de ponerse triste", culminó Gareca.
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