Cada día que pasa, el conflicto entre Rusia y Ucrania deja una nueva página para escribir dentro de los libros históricos de la humanidad: miles de personas escapando y otras quedándose a defender su tierra, su nación. 

Sin embargo, entre las personas que lograron salir del país de conflicto, se encuentran cientos de argentinos que vivían allí. Muchos de ellos, ayudados por Ricardo Fernández Núñez, un bodeguero argentino que vivía en Kiev, lugar desde donde manejaba todos sus negocios. 

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Pero no es la primera vez que el empresario oriundo de Córdoba toma participación en el rescate de argentinos: cuando comenzó la pandemia, en un ya lejano 2020, ayudó a 22 personas a ser repatriadas a Argentina. 

"Las cosas se desatan. Uno las desatan y no sabe donde paran. Yo empecé con un contacto con una villamariense que conocía y que estaba varada en Ucrania. Después me enteré que eran 22 argentinos varados, entonces fui a la Cancillería y me dijeron que había 20 padres que habían tenido hijos con vientre subrogados. Empecé con una cosita chiquita y terminé poniendo un avión para que se movilizaran", destacó en conversación con Aurora 91.3. 

Pero en este caso es diferente: la guerra con Rusia lo obligó a trasladarse, junto a su maquinaria de la empresa, a Polonia. Sus empleados, ucranianos en su mayoría, no quisieron seguirlo en su totalidad, ya que el sentimiento de defender la nación fue más fuerte. 

"La central de todos mis negocios está en Kiev porque están muy desarrollados informáticamente, pero cuando sucedió la invasión nos cerraron el edificio, por lo que tuvimos que entrar de una manera muy argentina a sacar la maquinaria", relató. 

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Sin embargo, asegura que "Rusia está perdiendo la guerra", y que "Ucrania solamente es una excusa de un movimiento expansionista de un demente que es émulo de Hitler". "Quiere más territorio y volver a lo que era la Rusia soviética, y para eso tenía que pasar por Ucrania. La hostigó durante 8 años con guerras marginales, hasta que llegó un momento en que decidió esta invasión. Rodeó al país. Invadieron pero encontraron una resistencia feroz". 

Es por eso que detalló que en el territorio se encuentran "tres tipos de ejércitos": "El primero es el ejercito oficial; El segundo es el de los voluntarios, que están en cada pueblo; Y el tercero es el ejercito de los hogares, ya que en todas las casas hay bombas molotov para evitar ataques, y eso lo aprendieron a hacer gracias a clases del gobierno por televisión". 

"Rusia no está ganando la guerra, porque la guerra no es con Ucrania. Rusia está destrozando a Ucrania en una guerra que comprende muchas más cosas: volver a los territorios de la Rusia Soviética. Pero ahora están aislado del mundo y no puede hacer nada fuera de las fronteras", explicó.

En tanto, detalló que los llamados "oligarcas rusos", los cuales equivalen a empresarios adinerados, apoyan a Putin. No obstante y para su sorpresa, han sido "sancionados por el mundo", ya que les han congelado los activos, tienen embargados los fondos, y "son los que ahora, cuando se les acabe el dinero, van a frenar a Putin".

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"El pueblo ucraniano está envenenado. Esta odiando a Rusia. Ese odio es mucho más pesado que el armamento ruso . Es increíble como han llorado por lo que ha pasado. Además, han bombardeado ciudades. Ayer bombardearon uno de los monumentos más importante por el holocausto que tiene la comunidad judía mundial con un rocket. Entonces no hay nada que hagan y que no afecte a alguien, tanto lo material como los sentimientos de la gente. Cada cosa que hacen (los rusos) se pone alguien más en contra", mencionó. 

En las diversas mesas de conversación, Ucrania va con un solo objetivo: que cese el fuego. "Si no hay cese del fuego, Rusia seguirá destruyendo ciudades". Previo a la mesa de diálogo de este jueves, Emmanuel Macron, presidente francés, dialogó con Putin y Zelenski para poder llegar a la paz. "Estuvo una hora y media hablando con Putin y una hora hablando con el ucraniano para que cese el fuego", finalizó. 

Ricardo Fernández Núñez es dueño de bodegas en el Valle de Uco, España, Italia y Estados Unidos, donde produce el "vino de la luz" y operaba todos sus negocios desde Kiev, y ahora desde Varsovia, Polonia. 

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