A través de capacitaciones y prácticas responsables, pescadores deportivos colaboran activamente en la protección de los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad de Mendoza.
La pesca con mosca es mucho más que una actividad recreativa. En Mendoza, esta práctica deportiva se ha convertido en una verdadera aliada de la conservación ambiental. Lejos de limitarse al disfrute personal, los pescadores capacitados cumplen un rol fundamental como observadores y guardianes de los ecosistemas acuáticos.
"La experiencia de estar horas en los ríos y lagos les permite a los pescadores detectar rápidamente cualquier alteración en el ambiente, desde la aparición de especies invasoras hasta posibles focos de contaminación o animales en riesgo", explicó Ignacio Haudet, director de Biodiversidad y Ecoparque. "Por eso su rol va mucho más allá de lo deportivo: son actores clave para el monitoreo y la protección de la biodiversidad", reflexiona.
La Asociación Mendocina de Pesca con Mosca (AMPM) lleva adelante cursos de capacitación destinados a quienes se inician en la pesca con mosca. El Departamento de Fauna Silvestre participa activamente brindando información clave a los nuevos pescadores sobre fauna autóctona, especies en peligro de extinción, especies exóticas invasoras y cómo prevenir accidentes con animales ponzoñosos, entre otros temas.
"Además de enseñar las buenas prácticas, instruimos a los pescadores sobre cómo actuar frente a infracciones o situaciones que vulneren las normativas. La idea es que tengan las herramientas necesarias para convertirse en aliados activos de la conservación", señaló Adrián Gorrindo, jefe del Departamento de Fauna.
Desde el uso de equipos adecuados que minimizan el daño sobre los ejemplares hasta el compromiso de no dejar residuos en los entornos naturales, el pescador deportivo capacitado asume una responsabilidad creciente frente a los desafíos ambientales. Su participación no solo protege los recursos actuales, sino que garantiza que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de los mismos paisajes y especies.
La pesca con mosca, cuando se practica con ética y conciencia ambiental, transforma al pescador en un verdadero custodio de los ríos y lagos mendocinos.