Estudio de la UNCUYO revela cómo los juegos de apuestas impactan en estudiantes universitarios y propone estrategias de prevención sin estigmatización.
La Dirección de Salud Estudiantil de la Secretaría de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) presentó los resultados de un estudio pionero que examina la relación de los estudiantes con las apuestas en línea, tanto presenciales como en línea.
A diferencia de las investigaciones previas, centradas principalmente en adolescentes, este trabajo apunta a comprender cómo viven y perciben la práctica de apostar quienes transitan la vida universitaria, con sus dinámicas, desafíos y vulnerabilidades propias.
Hasta ahora, el interés por el juego problemático se había focalizado en poblaciones adolescentes, ante el creciente auge del juego online y su presencia mediática. Sin embargo, como explicó Vanina Capelli, coordinadora de salud mental de la Dirección de Salud Estudiantil, "si bien la preocupación había emergido con fuerza en relación a adolescentes, necesitábamos saber si también impactaba en quienes transitan la vida universitaria".
Esta inquietud llevó al equipo a diseñar un abordaje que trascendiera el modelo exclusivamente psicopatologizante, entendiendo el juego como una práctica social compleja, atravesada por factores culturales, emocionales, tecnológicos y económicos.
Para caracterizar el vínculo de los estudiantes con el juego de apuestas, se aplicó la encuesta LUDENS_ARGENTINA, desarrollada por el Lic. Mariano Chóliz de la Universitat de València y adaptada por la UNCuyo con la colaboración del Observatorio Argentino de Drogas (SEDRONAR). Participaron voluntariamente más de 1.000 estudiantes de grado y pregrado, con una edad promedio de 25 años y predominio femenino. El cuestionario indagó motivaciones, prácticas y percepciones respecto a juegos presenciales (póker en bares, raspaditas) y modalidades online (tragamonedas, casino virtual, apuestas deportivas).
Con un enfoque preventivo y no patologizante, el informe arroja resultados que desafían algunas percepciones comunes:
El 63% de los encuestados reconoció haber apostado al menos una vez, aunque sólo un 2% lo hace con una frecuencia que podría considerarse problemática. No sorprende, en estos tiempos, que la modalidad online es la más elegida, sobre todo por su fácil acceso y disponibilidad continua a través del teléfono celular.
Contrario a la creencia de que el dinero es el principal aliciente, la mayoría señaló la diversión, la curiosidad o el deseo de nuevas experiencias como razón principal para apostar. Por otra parte, la mayor parte de los estudiantes universitarios manifestó actitudes reflexivas y escépticas frente a los juegos de azar, cuestionando el papel de las plataformas y el marketing que las acompaña.
Los datos del informe revelan que, aunque el juego forma parte del ocio universitario, no existe una problemática masiva, sino formas de vinculación que pueden tornarse perjudiciales cuando se vuelven frecuentes y generan interferencias significativas en la vida académica, emocional o social.
Análisis y debate
El estudio de la UNCuyo se distingue por su visión crítica de discursos previos que, en muchos casos, atribuían directamente la conducta de apostar a "ludopatías" sin evidencia suficiente.
Capelli afirma que "no toda relación con un objeto de consumo -en este caso, plataformas de apuestas online- es necesariamente problemática". La perspectiva invita a pensar en el juego como un fenómeno social que requiere abordajes multilaterales: no basta con identificar los casos extremos, sino que es imprescindible entender las motivaciones y las redes de sociabilidad en las que se inscribe el hábito de apostar.
Además, la investigación subraya el papel del marketing digital y los influencers en la normalización de estas prácticas entre jóvenes. La permanencia de las plataformas, su interfaz diseñada para el enganche y la omnipresencia de mensajes publicitarios conforman un entorno que, si bien no patológico en sí mismo, puede facilitar transiciones de consumo lúdico a conductas de riesgo.
Recomendaciones institucionales
A partir de estos resultados, la UNCuyo propone:
Abordaje integral de la salud estudiantil, incorporando el juego en programas de promoción de bienestar sin estigmatizar a los participantes.
Espacios de escucha activa y acompañamiento, donde los estudiantes puedan expresar sus inquietudes sobre consumo de ocio y apuestas.
Formación crítica sobre consumos digitales, dotando a la comunidad universitaria de herramientas para reconocer y gestionar estrategias de marketing en línea.
Detección temprana de prácticas que puedan derivar en interferencias académicas o personales, mediante colaboración entre facultades y áreas de salud.
La investigación aporta datos inéditos y genera un marco conceptual para que universidades y políticas públicas diseñen estrategias de prevención basadas en evidencia y comprensión de la complejidad social del juego.