La situación en La Salada de Santa Rosa es un reflejo de la compleja realidad económica que atraviesan muchos sectores en el país.
Un conflicto latente en el predio de "La Salada de Santa Rosa" escaló este viernes con una medida de fuerza que interrumpió la circulación. Un "grupo de trabajadores y feriantes" decidió llevar a cabo un "corte sobre la Ruta Nacional 7 a la altura del predio ferial", en una protesta contundente contra los incrementos en el alquiler de los puestos y la falta de diálogo por parte de los responsables del lugar. La situación pone en jaque la continuidad de la actividad comercial para muchos.
La medida adoptada por los manifestantes es el resultado de varias semanas de intentar sin éxito establecer un canal de comunicación y obtener soluciones concretas a sus demandas. Según expresaron, el nuevo esquema de cobros impuesto por la administración del predio, cuyo titular es "Jorge Castillo", actualmente "detenido en Buenos Aires por causas judiciales vinculadas a maniobras irregulares", vuelve "inviable la actividad comercial", especialmente en un contexto de caída generalizada de las ventas.
El epicentro de este conflicto se encuentra en un aumento que los feriantes consideran desmedido. El eje del problema es el fuerte incremento en lo que se denomina "la llave del puesto", un monto que los comerciantes deben abonar para asegurarse de que su espacio alquilado "no sea otorgado a otra persona durante seis meses". Esta tarifa, según los reclamos, pasará de unos $300.000 a la alarmante cifra de "$1.000.000", un salto que la mayoría de los trabajadores califican de insostenible para sus economías.
Pero el costo de mantener un puesto en La Salada de Santa Rosa no se detiene ahí. A la "llave del puesto" se le suma el "alquiler individual de cada puesto", que actualmente tiene un valor de "$100.000 por módulo de 1,5 metros". Es importante considerar, además, que para poder operar con una mínima comodidad y ofrecer sus productos de manera adecuada, los feriantes necesitan alquilar "como mínimo, dos" módulos.
La voz de los afectados se hizo escuchar en el corte. "Hace semanas venimos pidiendo respuestas y no nos dan una solución. Con los aumentos se hace imposible trabajar, sobre todo porque las ventas están flojas", señaló Ángel Mamaní, uno de los trabajadores que se encontraba en el lugar manifestándose. Su testimonio resume el sentir general de quienes ven amenazada su fuente de ingreso.
La situación en La Salada de Santa Rosa es un reflejo de la compleja realidad económica que atraviesan muchos sectores en el país. El reclamo de los feriantes, que incluye la búsqueda de un diálogo y soluciones a los "aumentos" que consideran desproporcionados, deja en evidencia la urgencia de encontrar un camino que permita la continuidad de su actividad comercial en un momento ya de por sí desafiante.