Con más de dos décadas de vuelos al servicio de la provincia, esta unidad se consolidó como un pilar en la respuesta ante emergencias y operativos especiales. Su desarrollo tecnológico, la capacitación constante del personal y la coordinación con otras áreas fortalecen la labor aérea en todo el territorio.
El Cuerpo de Aviación Policial (CAP) de Mendoza cumple 27 años de servicio aéreo, consolidándose como una de las unidades más especializadas y estratégicas de la Policía provincial. Desde sus primeros vuelos experimentales, en 1998, hasta la actualidad, su historia refleja una evolución marcada por la profesionalización, la incorporación de tecnología y el compromiso permanente con la seguridad pública y la asistencia en emergencias.
Los primeros pasos del servicio aéreo se remontan a marzo de 1998, cuando, mediante la Resolución 080-J, se incorporó el helicóptero Hiller UH-12 SL4 -matrícula LV-JGM-, proveniente de la Dirección Provincial de Aeronáutica. Aquel traslado permitió realizar los primeros vuelos experimentales desde el Centro de Operaciones Policiales, sentando las bases de una nueva forma de apoyo operativo.
En octubre de 1999, la experiencia adquirida dio origen formal a la Unidad Aeronáutica Policial, dependiente de la Unidad de Cuerpos Especiales, con la misma aeronave como dotación inicial. Seis años después, con la llegada de dos helicópteros Airbus AS 350 B3, la estructura se fortaleció y, por Resolución 615-JyS de 2005, la unidad fue elevada a Cuerpo de Aviación Policial, nombre con el que continúa operando y que simboliza 20 años de funcionamiento como cuerpo especializado dentro de la institución.
Actualmente, el CAP cuenta con tres aeronaves: Halcón I y Halcón II (helicópteros Airbus AS 350 B3 monomotor) y Halcón III (Eurocopter Airbus EC 145 sanitario). Desde su base principal en la Base Cóndor y con una unidad operativa en el aeropuerto de San Rafael, cubre todo el territorio provincial, incluyendo zonas cordilleranas y el Sur mendocino.
Las misiones del CAP abarcan patrullajes preventivos aéreos sobre rutas nacionales y provinciales, espejos de agua y zonas urbanas, en apoyo a los operativos terrestres. También participan en tareas de búsqueda y rescate en Alta Montaña junto a la Patrulla de Rescate, operativos tácticos del Grupo Especial de Seguridad y traslados médicos de urgencia ante accidentes graves.
Entre su equipamiento técnico se destaca el sistema FLYR, que permite realizar observaciones con visión infrarroja, detectar fuentes de calor y registrar imágenes de alta precisión en operativos nocturnos o de rescate. Esta tecnología ha potenciado la capacidad de respuesta en situaciones críticas, tanto para la localización de personas extraviadas como para el seguimiento de vehículos en fuga o siniestros complejos.
El cuerpo está integrado por nueve pilotos especializados en misiones de evacuación aérea, rescate y apoyo táctico; doce técnicos que garantizan el mantenimiento y la operatividad de las aeronaves; cuatro choferes capacitados en el manejo de materiales peligrosos, y un equipo sanitario, compuesto por dos médicos, una enfermera y diez aeroevacuadores, preparados para actuar en emergencias médicas en vuelo.
Cada operación aérea representa una coordinación precisa entre tripulación, personal técnico y equipos terrestres. La experiencia acumulada en más de dos décadas de trabajo y la formación permanente de su personal han convertido al Cuerpo de Aviación Policial en una pieza clave del sistema de seguridad mendocino.