El Consejo Directivo del Colegio Santa María resolvió sancionar a todos los alumnos de quinto año involucrados en los desmanes por el UUD, generando un fuerte desacuerdo entre los padres.
El consejo directivo del Colegio Universitario Santa María de Godoy Cruz (secundario dependiente de la Universidad Champagnat) confirmó una de las sanciones más masivas y duras de su historia: 140 estudiantes de quinto año fueron sancionados tras los desmanes y destrozos que protagonizaron el pasado jueves 27 de noviembre. La protesta de los alumnos se había desatado luego de que las autoridades suspendieran las clases para la mañana siguiente a la celebración del Último Último Día (UUD).
En consecuencia de los hechos, la resolución del Colegio Santa María resolvió sancionar a los 140 alumnos identificados con 20 amonestaciones. La medida aplica para todos aquellos que causaron "daños materiales en instalaciones, mobiliarios y bienes institucionales", además de registrar "conductas disruptivas, incumplimiento de órdenes y expresiones ofensivas hacia las autoridades", según comunicó el establecimiento.
Frente al desacuerdo manifestado por los padres de los estudiantes, el representante legal del Colegio Santa María, Juan Andrés Torrecillas, defendió la decisión institucional. “Esto es una medida extraordinaria ante circunstancias extraordinarias y sin antecedentes. Nunca en la historia del colegio pasó o se vivió algo así”, destacó, aclarando que la institución siempre estuvo abierta a pedidos y solicitudes de las familias.
No obstante, muchos de los padres de los chicos sancionados manifestaron su fuerte rechazo a la resolución masiva. Su principal argumento es que solo unos pocos alumnos —cerca de diez, según su versión— causaron los verdaderos destrozos, como romper un matafuego, arrojar un parlante o dañar material académico.
Los padres sostienen que la gran mayoría de los 140 estudiantes solo incurrió en actos menores, como dar vuelta bancos (sin romperlos) o tirar hojas de sus carpetas, y consideran desmedida la sanción que los alcanza. Además, el reclamo se centra en la aparente selectividad de la medida.
Según la postura de las familias, los pocos alumnos que realmente causaron los daños mayores no quedaron entre los sancionados y sí estarían en condiciones de rendir los integradores y terminar el secundario. En contraste, los 140 alumnos con veinte amonestaciones o más deberán, según el régimen disciplinario, rendir todo quinto año libre.