Reabrirá en 2026 con un perfil de rehabilitación de fauna y exposición no invasiva.
Ya pasaron casi diez años desde aquel mayo de 2016 en que el antiguo Zoológico de Mendoza cerró sus puertas para iniciar una transformación histórica. Con el anuncio de su reapertura oficial para la primera mitad de 2026, el paseo cumplirá una década exacta sin visitas. Sin embargo, las noticias son alentadoras: las obras de infraestructura más importantes en el interior del predio ya han sido culminadas, marcando el inicio de la cuenta regresiva para el reencuentro con los mendocinos.
Los tres edificios principales del renovado Ecoparque ya están finalizados, junto con el flamante sistema de caminos internos que vincula el paseo con la antigua boletería de Avenida del Libertador. Estas tareas, ejecutadas con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, dan paso a un perfil institucional completamente distinto. El nuevo Ecoparque funcionará como un centro de recuperación y rehabilitación, priorizando el bienestar animal por sobre el antiguo concepto de exhibición en recintos.
En este proceso de reconversión, la población animal se redujo drásticamente para evitar el hacinamiento. De los más de 2.500 ejemplares que vivían en cautiverio al momento del cierre, actualmente permanecen 1.088. Según explicó la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, esta disminución fue posible gracias a un intenso programa de relocalizaciones y derivaciones a santuarios especializados, tanto dentro como fuera de Argentina.
Durante toda esta década de puertas cerradas, el predio nunca dejó de funcionar. El Ecoparque ha servido como centro de atención primaria para animales rescatados en operativos de caza furtiva o tráfico de fauna silvestre. Esta misión sanitaria seguirá siendo el eje central del lugar, funcionando como un hospital de campaña para especies heridas que, una vez recuperadas, serán devueltas a la naturaleza o derivadas a hábitats adecuados.
Aquellos ejemplares que no puedan ser reinsertados por su estado de salud tendrán en el Ecoparque su hogar definitivo. No obstante, la experiencia para el visitante será radicalmente diferente: los animales no estarán hacinados ni a la vista de multitudes. Los recintos para los inquilinos permanentes han sido ubicados por fuera de los senderos de acceso público, garantizando la tranquilidad de las especies y cumpliendo con la ley de exposición no invasiva.
Con las obras mayores ya listas, solo restan detalles menores y la puesta a punto de los servicios para el visitante. El predio ubicado al costado del Cerro de la Gloria se prepara así para dejar atrás su pasado como jardín zoológico y consolidarse como un referente en la protección de la biodiversidad regional, devolviendo a Mendoza uno de sus espacios más queridos bajo una mirada ética y moderna.