Un vecino del barrio privado Dalvian, ubicado en la zona oeste de la Ciudad de Mendoza, se llevó una sorpresa el pasado sábado al descubrir a tres cachorros de zorro gris en el patio de su casa. Ante la presencia de los animales, el dueño de la vivienda dio aviso inmediato a las autoridades. Personal policial que patrullaba la zona se desplazó hasta la calle León Negro, donde constataron que los pequeños ejemplares se habían refugiado debajo de un piso flotante de madera.

Protocolo sanitario y proceso de rehabilitación

Tras el rescate, los tres animalitos fueron derivados al Ecoparque de Mendoza para recibir atención especializada. Allí, el equipo de veterinarios llevó adelante los procedimientos sanitarios de rigor, que incluyeron el pesaje, extracción de muestras de sangre y la colocación de un microchip de identificación mediante el uso de anestesia inhalatoria. Según el reporte médico, los ejemplares se encuentran en buen estado de salud general.

Desde el Ministerio de Energía y Ambiente informaron que los cachorros iniciarán ahora un estricto proceso de rehabilitación. El objetivo principal es mantenerlos bajo aislamiento humano para minimizar la "impronta", es decir, evitar que se acostumbren al contacto con las personas. Esta etapa es fundamental para favorecer su futura reinserción en su ambiente natural, asegurando que conserven sus instintos de supervivencia.

Especialistas explicaron que es muy frecuente la circulación de este tipo de fauna en las zonas del piedemonte mendocino. Las hembras suelen desplazarse con sus crías en busca de alimento, muchas veces atraídas por los desperdicios humanos en las áreas urbanizadas. Al no tener depredadores naturales en estas zonas, las crías se familiarizan rápidamente con el entorno de los barrios privados y tienden a quedarse en las cercanías de las viviendas.

El operativo contó con la coordinación del Ministerio de Seguridad y Justicia, que actuó rápidamente ante el llamado al CEO. Las autoridades recordaron la importancia de no alimentar a los animales silvestres que aparecen en zonas residenciales, ya que esto altera su comportamiento natural y dificulta su capacidad de regresar a la vida salvaje en el futuro.

Finalmente, el destino de estos tres "huéspedes" temporales será el regreso a la naturaleza una vez que completen su desarrollo y los profesionales determinen que están aptos para valerse por sí mismos. El caso destaca la convivencia permanente entre la urbanización y la fauna autóctona de Mendoza, exigiendo un compromiso ciudadano para el respeto de estas especies.