Polonia sorprendió al mundo al convertirse en el primer país de la OTAN en brindar aviones a Ucrania para combatir a las tropas rusas que invadieron el país.

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Se trata de cuatro aeronaves MiG-29, de fabricación rusa durante la era soviética, y el gesto podría significar la temida escalada en el conflicto que era esperada hace meses.

El presidente Andrzej Duda aseguró este jueves que "Polonia entregará cuatro de los aviones de fabricación soviética en los próximos días", mientras que otros aviones serán analizados para también ser remitidos a Kiev.

Polonia enviaría a Ucrania una docena de aparatos de los 29 que aún tiene este país en servicio, casi todos ellos desplegados cerca de la frontera de Kaliningrado, el enclave ruso a orillas del mar Báltico.

Por el momento, el único país que se sumaría a Polonia en entregar aviones a Ucrania sería Eslovaquia, que también remitiría MiG29, en desuso, un total de diez.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reiterado en varias oportunidades el pedido de aviones provenientes de países de la OTAN para afrontar el poderío aéreo ruso.

No obstante, esa solicitud, más que a los aparatos soviéticos, sino a los arsenales de fabricación occidental como los F16, los Eurofighter o los Saab Gripen.

Tanto los aparatos polacos como eslovacos serían más valiosos que los ucranianos, porque, si bien se trata de aviones que datan de la época en la que esos países integraban el Pacto de Varsovia que lideraba Moscú, fueron modernizados en los últimos años con tecnología occidental.

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El MiG29, que entró en servicio en 1983 para enfrentarse al F16 estadounidense, mantiene su vigencia como un avión muy competente en combate cerrado, gracias a su maniobrabilidad y velocidad, ya que es capaz de superar Mach 2 y aterrizar en carreteras no preparadas como si fueran pistas de despegue.

Si bien a distancias larga cualquier caza occidental es superior por su electrónica avanzada, en las distancias cortas el MiG 29 puede ser un adversario letal.

Varios de estos aparatos ucranianos derribaron a muchos bombardeos rusos más modernos y equipados sobre los cielos del país invadido, lo que dio lugar a la leyenda del "fantasma de Kiev", cuando en realidad esos derribos de cazas rusos no pertenecían a un solo piloto, sino a varios.