El joven perdió la vida en puesto de Gendarmería en confusas circunstancias y personal de las fuerzas de seguridad quedaron vinculados.
Andrés Campoy, un joven estudiante de Higiene y Seguridad de la Universidad del Aconcagua, apareció muerto el 13 de junio de 2014. Estaba circulando con su Peugeot 504 por la Ruta 7, en Luján de Cuyo, cerca de un control de gendarmería. Fue el último lugar donde se lo vio con vida. Su caso fue llevado por el juez federal Walter Bento, quien declaró que el joven se había suicidado, sin embargo las pruebas parecen apuntar a una hipótesis contraria. En el día de ayer, Bento fue imputado por corrupción.
Su madre, Mónica Campoy, lleva siete años alzando la voz sin ser escuchada. Recaudando pruebas que finalmente son ignoradas, y la muerte de su hijo fue guardada en un cajón. De esto habló con Juan Manuel Torres en Primera Mañana, por radio Aurora 91.3. "Nunca investigó el caso. Jamás. Cuando pasó el hecho, nunca fue la policía federal a preguntar en el barrio Agrelo, para ver si había testigos", dijo.
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“El juez Walter Bento dejó en libertad por falta de mérito a los gendarmes que asesinaron a Andrés, a pesar de que el fiscal Jorge Calle lo había caratulado como "homicidio agravado como fuerza de seguridad"", declaró Mónica, comentando sobre los gendarmes acusados, Maximiliano Alfonso Cruz, y Corazón de Jesús Velázquez, y agregó que el juez "nunca aceptó las pericias".
“Nunca investigó el caso. Jamás. Cuando pasó el hecho, nunca fue la policía federal a preguntar en el barrio Agrelo, para ver si había testigo. Todo ensuciado el expediente, todo embarrado, nunca investigaron el celular de Andrés, el celular era nuevo y lo devolvieron roto. El ceo del camión en el que iban los penitenciarios tampoco. Todo fue a favor de los gendarmes", comentó con indignacion.
"Liberó a los dos gendarmes, uno está en Campo de Mayo y el otro está en Jesús María, en Córdoba", detalló.
Andrés falleció tras un impacto de bala en su nuca, cerca de la oreja. Aparentemente, personal Gendarmería lo habría frenado para revisar los papeles del auto. Tras verificar que estaban en condiciones, le hicieron abrir el baúl. Luego de eso se "habría suicidado".Con respecto a esto, Mónica dijo: "Siempre sostuvo que el Andi se suicidó. Que me digan que una persona de 1,80 dentro de un auto, con esa carabina, se pegó un tiro en la parte de atrás en el auto en frente de dos gendarmes, nadie se lo va a creer", y detalló: "cuando fue a declarar Aldo Sachi, le dijo que él tiene una casa de armas, y que con esa arma jamás se podría suicidar una persona dentro de un auto, porque estamos hablando de una carabina que mide más de un metro, cómo llega a la parte de atrás".
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“No ha ocurrido nada, con esto de la pandemia. El expediente quedó en un cajón. Ni siquiera llamó a los gendarmes para que fueran y preguntar", dijo.
También amplió: "Hay que tener en cuenta que la parte psicológica de los gendarmes salieron pésima en ese momento, y la parte psicológica de Andrés salió bien, la psicóloga dijo que jamás se podría haber suicidado".
Pedido de justicia
Mónica es una madre como cualquier otra, que se desvive por su hijo, y sufre con su dolor. Que su muerte sea aún una incógnita es algo que no la deja vivir tranquila, por lo que hizo un pedido muy especial: "Después de 7 años, que se han borrado todas las pruebas, que nunca pudieron sacar la bala porque se desintegró, pido a algún medio para llegar al Presidente, para a ver si podemos exhumar a Andrés para hacer una investigación con un equipo forense especializado, que no lo tenga gendarmería ni la policía federal".
Hoy, el juez Walter Bento está imputado por participar como líder de una asociación ilícita que habría cobrado coimas para beneficiar a presos federales.
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