Mendoza, de de

Entretenimiento crítica

Vendimia Greatest Hits

Milagro del Vino Nuevo fue un espectáculo de alto nivel basado en números y cuadros seguros puestos en escena con notable eficiencia y calidad artística.

Sabado, 5 de Marzo de 2022

Por Cristian Molina

Vilma Rúpolo lleva muchos años de vendimia, lo lleva en su sangre, sabe de qué se trata y lo demostró esta noche en el Frank Romero Day. Como aquellas bandas que llevan muchos años de trayectoria y sacan un disco con lo mejor que han hecho hasta el momento, con la vuelta a la presencialidad, "Milagro del Vino Nuevo" fue un Grandes Éxitos de vendimia. La directora con la sólida codirección de Federico Ortega, apostó a lo seguro, pero no se trató de un pastiche de éxitos, sino una buena selección de momentos en su concepción artística y una buena tarea de Arístides Vargas en el guionado

La selección de actores, músicos y bailarines fue en la misma dirección: apostar a lo seguro para asegurar un show notable.



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El ritmo vertiginoso y el muy buen uso de pantallas y recursos técnicos modernos le dio un soplo de modernidad a un show que se caracteriza por el excesivo respeto a la tradición.

Los cuadros fueron ágiles y dinámicos, a excepción del cuadro de la Pulpería de Doña Melchora, que fue más laxo. Pero el tono general de la línea argumental fue rápido y bien arriba, aún la introducción, dedicada a la creación.



Los temas fueron los habituales coronados por canciones que no podían fallar en el golpe a la emoción: la vida, el agua, el miedo a la sequía, el vino y sus personajes, la gesta sanmartiniana y la hermandad latinoamericana. Zamba de mi esperanza, Tonada de Otoño, Cochero e" plaza fueron los sones que captaron la conectividad del público. 

Ausentes sin aviso: el granizo, el zonda, los inmigrantes y una mención a la gesta de Malvinas en su 40° aniversario.

Los cuadros fueron aprobados por el público pero los mayores aplausos se los llevaron el primer amago de malambo en el cuadro 2, Zamba de mi Esperanza y el tango que cerró el paseo por Latinoamérica.

El único cuadro con algo de irregularidad fue el dedicado a las nuevas generaciones. Como siempre pasa, la mirada de las personas mayores sobre el universo de los jóvenes suele oscilar entre la condescendencia y la exageración. Pero mas allá de algún desacierto, lejos estuvo de caer en un nivel que el "Tractor amarillo" dejó en una vara muy baja.



El penúltimo cuadro dedicado a la pandemia arrancó la gran ovación que se estiró con el cierre lleno de alegría.

El espectáculo mantuvo la atención permanente del público presente. Muchas veces se destaca el número de artistas en escena pero no siempre es un recurso bien aprovechado. Esta vez, el despliegue coincidió con un excelente aprovechamiento de los espacios, de la simbiosis con pantallas e iluminación.



Cabe destacar el excelente desempeño de los músicos en vivo, bajo la dirección de Mario Galván y Pablo Budini.

Otro punto alto fue la ausencia casi total de escenografía para descansar el libreto escenográfico en las pantallas y los juegos lumínicos.

Milagro del Vino Nuevo apostó a lo seguro, pero no se conformó con emocionar o conmover, lo hizo con clase y estilo, con un notable uso de los recursos a disposición.