Con 132 votos afirmativos, cinco negativos y 92 abstenciones, el régimen de industrias culturales, consiguió la media sanción.
Tras un tenso debate, el Frente de Todos logró aprobar en la Cámara de Diputados la prórroga por 50 años de las asignaciones específicas que reciben institutos públicos vinculados a la promoción de las industrias culturales.
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Con 132 votos afirmativos, cinco negativos y 92 abstenciones, el régimen de industrias culturales, que tiene como fecha de caducidad el próximo 31 de diciembre, consiguió la media sanción y ahora necesita el aval del Senado para no perder los beneficios.
El debate tuvo la particularidad de que con el correr de las horas los artistas fueron llenando las gradas del recinto y configuraron una suerte de tribuna militante que arengó en todo el momento a los oradores oficialistas y abucheó a los diputados opositores que planteaban sus reparos con la iniciativa. Esa circunstancia especial calentó el ambiente y envalentonó a los oradores, muchos de los cuales pronunciaron discursos pirotécnicos, contagiados por la pasión militante que los artistas le imprimieron al debate público.
Diputados de Juntos por el Cambio se quejaron en más de una oportunidad por las interrupciones a partir de los gritos que bajaban desde los palcos.
El proyecto que tiene como autor al diputado kirchnerista Pablo Carro propone prorrogar hasta el 31 de diciembre de 2072, los fondos que ya reciben las instituciones de este sector como el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, el Instituto Nacional de la Música, el Instituto Nacional del Teatro, la CONABIP, el ENACOM, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares y la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Los fondos surgen del gravamen a los premios de juegos de sorteo y concursos deportivos previsto en la ley 20.630 (1973), del impuesto a las entradas de cine y sobre los videogramas grabados previstos en la ley 17.741 (1968) y del Impuesto a los servicios de comunicación audiovisual previsto en la ley 26.522 (2009).
La mayoría de diputados de Juntos por el Cambio resolvió abstenerse porque estaba en desacuerdo con el plazo de 50 años de la prórroga de los beneficios, al sostener que se trata de un sector que va cambiando drásticamente su funcionamiento al calor de la dinámicas de transformación tEcnológica.