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Irrigación activa plan de emergencia: el cambio clave para evitar la pérdida del 70% del agua

 El DGI anticipó un panorama de escasez "por debajo de lo normal" para 2025-2026.

Martes, 21 de Octubre de 2025

La temporada de verano 2025-2026 se presenta compleja para Mendoza en términos de disponibilidad de agua, según el pronóstico oficial del Departamento General de Irrigación (DGI). Los datos de caudales y escurrimiento de los ríos indican que el volumen disponible a partir de la nieve acumulada será menor que en los últimos dos años, anticipando un período de escasez marcada con valores muy por debajo de los parámetros considerados “normales”. 

Frente a este panorama, la estrategia central del DGI se enfoca en fortalecer los reservorios, impermeabilizar la red de canales y aplicar cambios urgentes en el sistema de riego provincial. [Image of: Reservorio de agua artificial]

El desafío de la infraestructura vandalizada

Mendoza cuenta con diez reservorios, lagos artificiales diseñados para almacenar y distribuir el recurso hídrico, ubicados en sus distintas cuencas. Sin embargo, el punto débil de este sistema es el vandalismo, que deja a varios depósitos obsoletos o inoperables. Los robos de la geomembrana que recubre y sella estos reservorios se producen frecuentemente en la época de corta, cuando disminuye el caudal de agua, provocando una disminución drástica en su capacidad operativa o, incluso, su inutilización total.

Carlos Martini, director de Ingeniería del DGI, explicó que el robo del revestimiento permite que el agua ingrese a los terraplenes y cause daños estructurales que son de alto costo de reparación. "Hemos tenido que cambiar el diseño de los reservorios, que sean un poco más caros, pero que tengan una protección contra el vandalismo", señaló el funcionario. Las reparaciones se realizan localmente, aplicando geoceldas con hormigón o piedras grandes para brindar mayor protección.

La otra gran fuga de agua se produce en la extensa red de canales provinciales. La mayor parte de estos canales se encuentra sin revestir, lo que genera una pérdida de recurso hídrico que, en algunos casos, se estima entre el 60% y el 70% del agua que sale del río y debería llegar efectivamente a las fincas. Por ello, la impermeabilización es una obra complementaria clave para el concepto integral de cuenca.


La combinación de fortalecer los reservorios y acelerar la impermeabilización de los canales sin revestir constituye la estrategia medular de Irrigación para mitigar el impacto de la crítica sequía que se avecina. Estas acciones no solo buscan almacenar mejor el recurso que se logre captar, sino también garantizar que la menor cantidad de agua disponible llegue con la máxima eficiencia posible a los productores y a las zonas de consumo.