Según Harvard, una disciplina ancestral puede convertirse en la mejor aliada para las mujeres después de los 50. Mejora la fuerza, protege los huesos y ayuda a mantener la movilidad sin exigir rutinas intensas.
El paso del tiempo trae consigo cambios inevitables: el cuerpo pierde masa muscular, los huesos se debilitan y la movilidad puede verse afectada. Sin embargo, el tai chi se presenta como una herramienta efectiva para mantener la fuerza y la estabilidad más allá de los 60 años, según un estudio de la Universidad de Harvard.
Lejos de los ejercicios de alto impacto, el tai chi combina movimientos lentos y controlados que fortalecen piernas, abdomen y espalda, al tiempo que mejoran la coordinación y el equilibrio. El doctor Peter M. Wayne, profesor de Harvard, sostiene que esta práctica ayuda a “mantener la capacidad de respuesta y la coordinación del cuerpo”, lo que reduce significativamente el riesgo de caídas.
Además, al trabajar con el propio peso corporal, el tai chi estimula las células formadoras de hueso, favoreciendo la densidad ósea y ayudando a prevenir la osteoporosis, una condición común después de la menopausia.
Más que una rutina física, el tai chi propone una conexión entre cuerpo y mente, ideal para quienes buscan cuidar su salud sin someterse a entrenamientos exigentes. Su práctica constante puede ser clave para envejecer con fortaleza, equilibrio y bienestar.