Con el paso de los días, las flores en un florero comienzan a inclinarse, perder color o dejar caer sus pétalos. Sin embargo, no todo está perdido: existe un truco casero muy fácil que permite revivirlas y devolverles firmeza siempre que sus tallos aún conserven algo de vida.

El secreto está en cortar un centímetro del tallo en forma diagonal, lo que amplía la superficie de absorción y mejora la circulación del agua. Luego, hay que colocar el ramo en un florero con agua tibia, ideal para rehidratar los tejidos internos.

Para potenciar el efecto, se recomienda agregar una pizca de azúcar, que actúa como alimento y aporta energía, junto con una gota de lavandina, que evita la formación de bacterias que bloquean el flujo de agua. Este equilibrio ayuda a mantener los tallos limpios y funcionales.

Lo importante es no excederse con los ingredientes, especialmente con la lavandina, ya que en exceso puede dañar la planta. Con este simple truco, tus flores podrán recuperar su frescura y belleza natural, alargando su vida útil varios días más.