Las cáscaras de verduras suelen terminar en la basura, pero algunas pueden convertirse en un excelente aliado para las plantas. En el caso del zapallo anco, su cáscara contiene minerales como calcio, potasio y magnesio, que favorecen el crecimiento y la resistencia de las especies de hojas verdes, como la espinaca, la col rizada o la lechuga.

Estos nutrientes fortalecen los tejidos, ayudan a mantener el color intenso de las hojas y mejoran la absorción de agua, sobre todo durante los meses de calor. El potasio resulta clave para la fotosíntesis, mientras que el calcio refuerza las paredes celulares, evitando que las hojas se marchiten rápidamente.

Para usar este fertilizante casero, se debe secar la cáscara al sol o en horno a baja temperatura hasta que quede dura y quebradiza. Luego, se puede triturar hasta obtener trozos pequeños o polvo y mezclarlo con la tierra de las macetas.

Se recomienda aplicar una o dos cucharadas por maceta mediana, o incorporarlo al sustrato al momento de trasplantar. De esta forma, los nutrientes se liberan de manera gradual, sin atraer insectos ni generar malos olores.