Típica de España, la salsa romesco es una de las recetas más versátiles para acompañar todo tipo de platos: carnes, pastas, verduras y dips
La salsa romesco es una de las protagonistas de la cocina de España, reconocida por su textura espesa y su perfil ahumado que la vuelve única en el universo de las recetas mediterráneas. Su combinación de tomates, frutos secos, aceite de oliva y pimientos crea un equilibrio perfecto entre dulzor, acidez y profundidad.
Nacida en la provincia de Tarragona, en plena Cataluña, esta salsa tiene raíces humildes: fueron los pescadores quienes empezaron a prepararla para acompañar el pescado fresco que traían del mar. Con el tiempo, su sabor intenso y armónico hizo que se expandiera más allá de la costa y se convirtiera en un clásico imprescindible dentro de la gastronomía mediterránea.
Hoy, la salsa romesco es una opción versátil que se adapta tanto a carnes y pastas como a mariscos y verduras asadas. Su equilibrio de notas ahumadas, dulces y ácidas la transforma en un acompañamiento ideal para quienes buscan incorporar a su dieta una propuesta típica de la cocina mediterránea y descubrir una de las recetas más representativas de España.
Ingredientes:
3 tomates maduros
1 morrón rojo grande
1 diente de ajo
40 g de almendras tostadas (opcional)
1 rebanada de pan tostado
1 cda. de vinagre de vino
1 cdta. de pimentón dulce
Aceite de oliva, c/n
Sal y pimienta, a gusto
Primero, en una bandeja, coloca los tomates y el morrón y llévalos a horno fuerte durante 25 minutos, hasta que la piel quede dorada. Deja enfriar y retírales la piel.
A continuación, dora la rebanada de pan en una sartén con un poco de aceite o en una tostadora.
En una procesadora, coloca los tomates, el pimiento, el ajo, las almendras, el pan, el pimentón, el vinagre y una pizca de sal y pimienta.
Mientras procesas los ingredientes, agrega un chorro de aceite de oliva en forma de hilo hasta obtener una textura espesa. Ajusta los sabores de la salsa romesco a tu gusto.
La salsa romesco es una guarnición versátil que sirve para acompañar todo tipo de platos. Gracias a su consistencia espesa, se adhiere muy bien a las pastas, pescados y verduras.
Además, funciona tanto en platos calientes como fríos: dips, bruschettas, ensaladas. Su sabor mediterráneo realza cualquier comida.