Mendoza, de de

Tecnología Doble filo

El negocio perverso de internet y las redes sociales

El Licenciado en Sociología Julián Quiroga habló en Aurora: "Internet nos vende a nosotros, ahí hace la plata

Jueves, 24 de Setiembre de 2020

El documental de Netflix “El dilema de las redes sociales” logró hacernos reflexionar sobre cómo la tecnología nos conecta mientras controla los aspectos más insospechados de nuestras vidas. 

Los algoritmos, las fake news y los mensajes de odio aparecen como los grandes enemigos de la sociedad de hoy en día. Julián Quiroga, Licenciado en Sociología, habló en Aurora 91.3 y analizó esta situación de la que nadie puede escapar. 

El documental puso sobre el tapete la discusión del uso de las redes sociales, cuestionando la ingenuidad de los usuarios. Hoy en día es imposible pensar nuestra vida cotidiana sin conexión a internet, a un dispositivo y en muchos casos sin algún tipo de red social”, comentó en Primera mañana. 

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“Hay una masificación, la generación nacida posterior al 96/97 ha vivido con internet, del 80 para acá empezamos a convivir con el internet y todos sus productos, pero hay una generación que directamente nació enchufada a internet y es la generación en la cual los efectos nocivos se hacen más visibles”, remarcó. 

Y criticó: “Todos vemos un documental que critica los algoritmos, pero gracias a los algoritmos vemos el documental. Y seguramente cuando terminó el documental ya nos proponía otro y le hicimos click y nuestro inicio está “contaminado” con lo que vemos. Netflix está inserto en el corazón de este funcionamiento”. 

“La internet de los 90 murió con el inicio de los .com en el 2000 y después de eso surge otro internet en el que no somos usuarios en realidad, somos los productos a vender. Esta red que se disfraza de gratuidad pero en realidad la estamos pagando, no directamente los usuarios, pero sí las agencias de publicidad en base a nuestros gustos, a nuestras preferencias”, resaltó Quiroga. 

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Las redes e internet “te muestran lo que vos querés ver o lo que el algoritmo aprendió de vos. Hay que empezar a entender internet no como algo ingenuo sino todo lo contrario, es un mecanismo bastante perverso y que está inserto en el corazón de nuestras vidas cotidianas”. 

“El teléfono es una extensión del cuerpo, internet también, por más que no se tengan redes sociales pero a la mano invisible del algoritmo no le escapamos porque tenemos internet, usamos un buscador, nos comunicamos a través de telefonía digital, etc. Cada click incrementa el algoritmo. Siguen utilizando información que nosotros les regalamos para generar riqueza”, añadió. 

Además, enfatizó que “estamos todo el tiempo atentos a lo que puede llegar a pasar, creando una falsa ilusión de nosotros, de nuestras amistades. No es lo mismo la vida “real” que vivimos que la de las redes sociales, creamos una imagen de nosotros mismos que incide o pretende captar la atención de una persona o de un grupo de determinadas personas, eso es un objetivo buscado por los creadores de estas redes sociales. Elementos que permitan a nosotros estar cada vez más tiempo dándole gratis nuestra atención si se quiere, que es lo que ellos después comercializan. Internet nos vende a nosotros, ahí hace la plata”. 

“Es importante que los gobiernos empiecen a tomar cartas en el asunto y empiecen a regular la actividad, porque si no somos parte de un mecanismo perverso en el cuál no controlamos absolutamente nada. Las regulaciones son fundamentales y hay escasas o nulas”, cerró.  

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