Luego de las idas y vueltas por las negativas de la oposición, se aprobó el proyecto de promoción de la alimentación saludable.
La Cámara de Diputados convirtió en Ley el proyecto de etiquetado frontal de alimentos, ideado para advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
La iniciativa fue aprobada en general con 200 votos positivos; 22 negativos y 16 abstenciones.
Los alimentos y bebidas sin alcohol (analcohólicas) envasados (la ley dice que “es todo alimento contenido en un envase, cualquiera sea su origen, envasado en ausencia del cliente, listo para ofrecerlo al consumidor”) tendrán la obligación de llevar en la cara principal un sello negro de advertencia indeleble por cada nutriente crítico en exceso: azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías. Es decir, pueden llevar uno o más sellos negros.
Según corresponda dirá: “Exceso en azúcares”, “exceso en sodio”, “exceso en grasas saturadas”, “exceso en grasas totales” y “exceso en calorías”. Estas leyendas deberán estar en octógonos negros, con bordes y letras de color blanco en mayúsculas, y su tamaño no podrá ser inferior al 5% de la superficie de la cara frontal del envase.
La misma prevención se aplicará para los casos de valores superiores en cafeína y para alertar sobre el contenido de edulcorantes no recomendables para niños y adolescentes. En estos casos deben llevar las leyendas “contiene cafeína, evitar en niños/as” y “contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as”, respectivamente.
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La Cámara Baja volvió a sesionar como en los viejos tiempos: con presencialidad total, sin virtualidad. Comenzado a las 12 del mediodía, el maratónico encuentro incluyó una veintena de temas -consensuados entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio- y largas horas de cruces, chicanas, gritos, y pedidos de tratamiento de leyes diferentes.
En octubre del año pasado el proyecto de ley de etiquetado recibió la media sanción de parte del Senado. Sin embargo, estuvo nueve meses esperando que Diputados lo ponga sobre la mesa, hasta que fue tratado en julio último en un plenario de cuatro comisiones de la Cámara baja donde obtuvo dictamen favorable. Luego de que se barajara la posibilidad de que en los primeros días de agosto sus 24 artículos se convirtieran finalmente en una norma, esto no fue posible. Un nuevo intento frustrado para debatirlo y aprobarlo ocurrió a principios de este mes, cuando el Frente de Todos no logró conseguir el quórum necesario para habilitar la sesión especial.
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Luego de que la oposición no diera quórum, finalmente se llevó a cabo una sesión especial en la Cámara de Diputados para tratar los proyectos de Alivio fiscal para fortalecer la salida económica y social de la pandemia generada por el Covid-19 y de Ley de Etiquetado Frontal de alimentos.
Además, se trataban las iniciativas de Promoción de la Alimentación Saludable; de Régimen de Recuperación de Ganadería Ovina; de Derechos humanos de las personas en situación de calle y en riesgo a la situación de calle de la República Argentina; la modificación sobre despido y remuneración mínima del Estatuto del Trabajador Contratista de Viñas y Frutales y el Régimen previsional diferencial para los trabajadores vitícolas comprendidos en el convenio colectivo de trabajo 154/91 y a los contratistas de viñas y frutales comprendidos en la ley 23.154, en tanto desarrollen actividades que generen un envejecimiento prematuro.
La sesión fue acordada entre el bloque del Frente de Todos (FdT) y el bloque opositor de Juntos por el Cambio (JXC), con temas de consenso. Sin embargo, desde el inicio, poco antes de las 13, se estuvieron evaluando pedidos de apartamiento del reglamento para tratar nuevos proyectos fuera del temario, que no logran obtener los 3/4 de los votos necesarios para ser incluidos.