El triple crimen en Florencio Varela sigue conmocionando al país y el padre de una de las víctimas puso en duda la versión oficial.
El triple crimen narco que mantiene en vilo a todo el país sumó un nuevo capítulo de tensión y controversia. Leonel Del Castillo, padre de Brenda, una de las jóvenes asesinadas, rechazó de manera tajante la versión judicial que señala a Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como "Pequeño J", como autor intelectual de la masacre en Florencio Varela.
En diálogo con Clarín, Del Castillo aseguró que el señalado no existe como figura criminal y denunció irregularidades en la investigación: "No existe el Pequeño J. ¿Pidieron un antecedente penal de Pequeño J? Es un sobrenombre, es un apodo".
Acto seguido, sumó: "¿De dónde lo sacaron? Que me explique la Justicia de dónde sacaron ese nombre. ¿Cómo puede ser el autor intelectual un pibe de 20 años y ser líder de la supuesta banda? No, no puede ser nunca. Ese es un nombre inventado".
Las declaraciones se produjeron horas después de que Sabrina, madre de otra de las víctimas, también pusiera en duda la responsabilidad de este supuesto líder narco, marcando un frente común entre las familias en reclamo de respuestas claras.
Los informes establecieron que las muertes ocurrieron en un mismo rango horario: entre las 3 y las 5 de la madrugada del sábado 20 de septiembre, apenas unas horas después de que las chicas fueran captadas por cámaras de seguridad subiendo a una camioneta blanca en la zona de la rotonda de La Tablada.
La víctima más joven, Lara Gutiérrez, fue sometida a un nivel de crueldad que los peritos calificaron de "sello mafioso". Antes de ser asesinada, le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda y presentaba lesiones de arma blanca que incluyeron la mutilación de la oreja izquierda y un corte profundo en el cuello que afectó la arteria carótida.
En tanto, Brenda del Castillo sufrió un golpe devastador en la cabeza que le fracturó el cráneo y generó un aplastamiento facial. A estas lesiones letales se sumaron heridas punzocortantes en el cuello. Lo más perturbador: luego de fallecer, le practicaron un corte transversal que le abrió el abdomen de lado a lado.
La tercera víctima, Morena Verdi, presentaba una luxación cervical y fuertes traumatismos en el rostro, señales claras de que fue golpeada de manera brutal antes de morir.