El Merengue superó por 3 a 1 al Manchester City de Pep Guardiola para cerrar el marcador global con un 6-5 a su favor.
Al igual que ante el PSGy Chelsea, Real Madrid volvió a tener uno de sus partidos de ensueño para meterse en una nueva final de la Champions League. Para esta ocasión, el Merengue superó por 3 a 1 al Manchester City de Inglaterra, con dos en menos de un minuto sobre el cierre del encuentro.
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En la ida ante los ingleses, el Madrid había perdido 4-3 y este miércoles se impuso 3-1 en el Santiago Bernabéu, tras ir a la prórroga. El 28 de mayo se medirá en la gran final ante Liverpool en París.
La primera mitad no entregó lo que se esperaba. Ambos conjuntos sabían que ante el primer error, el rival se adelantaría. Tal fue así el planteo, que la primera etapa no tuvo demasiadas emociones. Los equipos se repartieron la posesión y protagonizaron sus respectivas jugadas de peligro, pero ninguno logró abrir la lata para ponerse en ventaja.
En el complemento, el equipo de Carlo Ancelotti avisó en la primera acción, tras mover del medio e iniciar una jugada preparada que le permitió, luego de un pase aéreo, entrar a Vinícius Jr. solo por el segundo palo para definir de zurda. Pero, el brasileño falló en su remate por haber llegado exigido y dejó pasar una oportunidad demasiado clara. Ambos elencos parecían más preocupados por no equivocarse que por arriesgar. Así, el peligro se alejó de las áreas y se centró en el mediocampo. El técnico del Real Madrid mandó entonces a la cancha a Rodrygo, por Toni Kroos para intentar dar el golpe. Pero fue el City el que dio el paso adelante. Cuando restaban poco más de 15 minutos para el final, Bernardo Silva pudo recibir con espacios en la mitad de la cancha y trasladar varios metros la pelota. Con tiempo para pensar y tres compañeros por delante, el portugués avanzó hasta llegar casi a la puerta del área, cuando soltó a su derecha para el ingreso a toda velocidad de Mahrez, quien definió de zurda al primer palo y estampó el 1 a 0. Con la ventaja, Manchester City se adueñó definitivamente de las acciones de juego e hizo figura a Courtois, que le ahogó el grito a Joao Cancelo y a Jack Grealish, mientras que el equipo blanco estaba visiblemente golpeado por el tanto recibido y parecía no tener reacción. Pero si algo enseñó este conjunto Merengue es a nunca darlo por muerto. Volvió a convertirse en esa máquina que no tiene límites ni adversarios cuando tiene el arco entre ceja y ceja. En los escenarios más difíciles, como ante PSG y Chelsea en el Bernabéu, el equipo blanco apareció en el peor momento y en un minuto, a los 90 y a los 91, marcó dos goles Rodrygo para revertir el marcador y forzar el alargue.
En el primer tiempo extra, Camavinga tomó la pelota casi en su área y avanzó sin marcas hasta la puerta del área rival. Allí abrió para Rodrygo, quien llegó hasta el fondo y buscó en el medio a Benzema. El defensor Ruben Dias, en su afán por llegar primero a la pelota, derribó al francés y el juez cobró penal. Karim se hizo cargo de la ejecución y con la cara interna de su pie derecho gritó el 3-1.
Este resultado fue la última emoción clara del encuentro, que terminó con un global a favor de la Casa Blanca por 6-5, permitiendo que el Real Madrid se coloque una vez más en la puerta de la tan codiciada UEFA Champions League que disputará contra el Liverpool, uno de los mejores equipos de la actualidad.
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